Salida al SIL, Barcelona.

Un autobús esperaba en la oscuridad a las 5 de la mañana la llegada de todos los alumnos y profesorado con destino a la feria logística de Barcelona, el SIL.

Ante la falta de puntualidad previsible no fue hasta las 5:15 cuando el autobús arrancó con un contenido de alumnos semidormidos delante y malotes alborotadores detrás, guiados todos por los inseparables Abilio y Jesús Pardo y por Elisa.

Como estaba previsto hasta la primera parada vimos una película Sr y Sra. Smith concretamente, pero mejor no preguntar la trama ante los ronquidos delanteros y cánticos traseros. Esta parada fue obligada para los pitillos mañaneros, algún que otro pintxo, cafés, cocacolas y demás manjares de la carretera. Tras media hora larga reemprendimos el resto del viaje.

Más de lo mismo con la segunda peli, Dos rubias de pelo en pecho se oyó decir a alguien. Lo dicho, chillidos y ronquidos varios y otras tres horas de viaje… de angosto y agobiante viaje.





La cosa se puso interesante a la llegada a la ciudad condal. Mucho dice la gente de las obras de Madrid, pero Barcelona como siempre no puede ser menos. El GPS del conductor dudo que nos hubiera sacado de cualquier apuro en el caso de estar conectado, porque la cantidad de rotondas provisionales, desvíos… unido al tráfico propio del lugar confundiría hasta a los taxistas. En fin después de alguna vuelta de más aparecimos en la feria, con un sol y una temperatura que realmente invitaban más a un paseo por la playa.

Logramos sortear como pudimos a las señoritas que parecían colegas de las de ADN pero con la vanguardia, y ya en el mostrador inicial presentamos nuestras invitaciones para el SIL, entre algún que otro yuppie, jóvenes y no tan jóvenes empresarios, etc.
Con nuestras elegantes acreditaciones nos codeamos entre espectaculares azafatas, nos interesamos en diversas maquinarias logísticas, miramos con cara de corderos degollados ante jamones y tapas destinadas a almuerzos y comidas de negocios, y tomamos algunos aperitivos en los 5 o 6 puestos habilitados para ello.

En las dos horas que estuvimos dentro, encontramos desde maquinaria para la organización de productos en estanterías a velocidad de vértigo, hasta impresiones para furgonetas y camiones, pasando por simuladores de ski, vehículos de transporte de todos los tamaños o mobiliario de oficina.

Tras reunirnos en el autobús para ir a comer, Abilio realizó la rotura de la jornada. Con todos ya montados, cansados y con hambre y en un momento de inspiración nos obligó a bajar para la obligada foto de rigor. Asaltó a una viandante con tres cámaras y nos distribuimos en la clásica foto a la entrada de una feria. Luego vuelta al bus y de camino a una rotonda muy cercana al maremagnum donde nos dejaron vía libre de 2.30 a 18:00.

La marea de Cuatrovientos se dirigió en pequeños grupos hacia las Ramblas y se distribuyó para comer no muy lejos de la zona de partida. Después una vueltilla por las cercanías de las Ramblas y maremagnum, cervecita de rigor en alguna terracita cerca del puerto y vuelta puntuales al autobús… inevitable decir que la salida se demoró unos 25 minutos por la ausencia y desaparición de dos alumnas B.S. y A.A. que decidieron volver ante el abucheo general.

Vuelta de unas primeras e interminables 3 horas a menos de 90 km/h con dos pelis más, parada en el mismo lugar donde lo hicimos a la ida, y tras comer el peor bocadillo en mucho mucho tiempo reanudamos para llegar a Pamplona en un autobús totalmente entregado a Santiago, magic Santiago.

Un par de paradas en la Av. Zaragoza y otra final en el punto de partida, entre ironías como “mañana fiesta�? y cánticos similares. Era ya pasada la 1 de la mañana.