Victoria incluso sin Abilio

Preparatorio cae ante los suplentes de la Brújula

Crónica poco más o menos que imparcial del partido

Por Javier Mtez de Zuñiga



Buen partido ayer el que se vio en el coliseo de la Rotxa, todo un templo del futbito de extrarradio. Iba a faltar algún miembro de los profes pero eso no fue impedimento para que el encuentro se celebrara con total normalidad. Mientras otros equipos menores aplican políticas de fichajes de Zidanes y Pavones, en los últimos años, el director deportivo Pardo, debido a las prejubilaciones deportivas se ha visto obligado a hacer la política de Abilios y Ortopédicos: es decir, mezclar jugadores de solvencia y contrastada trayectoria con personas voluntariosas de técnica difusa. Y la cosa no ha ido tan mal visto lo visto.

Uniforme poco uniforme
Los de la Brújula parecen no ponerse de acuerdo con los calzones. Empezaron con blancos, luego se han pasado a negros, piratas y Eneko seguía con los blancos; justo ayer que otro apareció con los blancos este se paso a los negros. Dicen las malas lenguas que los calzones blancos no son capaces de retener con firmeza todo el poderío que se desborda en los bajos de los profes y que además se crean transparencias al sudar. Quizá por ello hayan preferido ocultar tanta protuberancia bajo un velo negro y no andar acomplejando al personal. En fin. Otra cosa fue el equipo contrario, los chavales de preparatorio, que llegaron perfectamente conjuntados: todos ellos con camiseta y unos cómodos pantalones vaqueros, claro que sí, con un par! Ya vale de tejidos técnicos transpirables y tanta gaita…

La ausencia
Uno de los protagonistas de la jornada fue paradójicamente, un ausente: Abilio avisó de que no iba a venir aunque luego anduvo jugando al despiste que sí que no. Esto provocó cierto acojono en las filas de los profes ya que el cerebrín es uno de los pesos pesados del vestuario que en todos los partidos siempre toca pelo (como dirían los taurinos). Según el capitán, esto podía servir de excusa para una eventual derrota, ya que ganar sin que esté presente Abilio puede provocar que este no se sienta imprescindible. Mucho nos tememos que tras el resultado, el psicólogo del equipo va a tener mucho trabajo para levantar la moral de algunos, puesto que el resultado fue un claro 3-2 para los profes.

¿Y el partido?
Ah sí. Pues resulta que la referencia en ataque fue el ortopédico que marcó dos peras del horror además de hacer de dispensador de asistencias para Pardo, con el que formó la dupla atacante. Nada más empezar el partido corrió por la derecha y enganchó con el empeine (de verdad) un zapatazo a media altura que rozó el poste y entró. Los profes le felicitaban mientras él para sus adentros, se hacía la misma pregunta que Urkel: ¿he sssido yo? Frente a los profes estaban los de los pantalones vaqueros liderados por el jugón de la clase, Ismael, que toreo a placer a los Brújulos todo lo que quiso. Aunque la verdadera pesadilla para los de negro fue uno de los porteros revelación de la temporada, David, cuyos reflejos felinos desesperaron a la senil delantera. Entre eso, la falta de acierto y alguna que otra defecación a la hora de despejar balones, los alumnos consiguieron empatar el marcador a 2. Y Abilio sin aparecer. Fue en ese momento cuando el ortopédico, desde la banda izquierda enchufó un punterazo al poste contrario frente al que nada pudo hacer el arquero de preparatorio.
Para variar, cuando el gol podía caer en cualquiera de las porterías, Pardo dio por terminado el partido y sin más discusión todos p’al vestuario. Esta claro que cuando los alumnos estén en ciclos superiores no se irán tan fácilmente de la cancha…

Eneko, roto
Ayer, uno de los escasos jóvenes del equipo que ya arrastraba molestias desde el anterior partido notó como su lesión fue a peor. Tras cuajar una solvente actuación, Eneko avisó de que tendrá que autoexcluirse de próximas convocatorias, ya que anda (nunca peor dicho) con un pie mal. Así que, miembras/os del profesorado, no le hagan levantarse mucho del sitio al chaval.

En definitiva, pocos goles debido en gran parte a las buenas actuaciones de los porteros, y una vitola de transferible que pasa de Eneko a Abilio, jojojo.