viernes, 17 de noviembre de 2006

Diarios de motxileta (y II)

PrahaK merezi du

Como siempre que me coloco las lentillas de evocar, el flash-back, el recuerdo llega puntual. Se han hecho conmigo la triada: las ganas de rebobinar y la ensoñación y la sonrisa que dejan ese tipo de recuerdos agradables. Y más que el destino, el recuerdo, será capichoso el jodio.

Era de antes de que se me avistaran las canas, aplicábamos la regla de no hacer nada por nada, no recuerdo quien reinaba pero sí que no miraba al calendario para evitar al futuro. Viajaba entonces con un libro prestado y en una etapa de esa huida topamos, topé con Praga la de Kafka, casi en los tiempos en que era capital del que por aquel entonces era el nonagésimo tercero en el orden mundial de países, el que llamaban República Socialista de ChecoEslovaquia (CSSR) pasó a la historia el 1 de enero de ese año. Todavía no lo mencionaban en todos los turs por centroeuropa y aun manejaban la corona checo es lo vaca.

Andábamos, andaba por la calle con actitud mirona, con ganas de participar, alineados por unos tremendos ojos dekafkaestatuaenpraga interés. Que remedio, del checo, claro, nada y me quedé en el tubí. Recordé las clases de economía necesidades ilimitadas, recursos escasos y los nuestros, los míos el truco de ha blar des pa cio y ayudarte con esas manos siempre siempre ágiles, en forma.

Su aldezahar, ya entonces lustroso, dividido en dos ciudad (Altstadt) y la ciudad nueva (Neustadt), construida un siglo más tarde por el río río Moldava (en alemán Moldau; en checo Vitara si sí como el coche). y unido por el puente de Carlos (Karlsbrücke), bonito como el solo y famoso desde la entrada de los tanques rusos en 1968 para frenar la imparable reforma democrática.

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Allí recuerdo que escuchamos, “alumbrados por el reflejo de la luna en el agua”, por primera vez el the bridge de los redjotchilipipers antes de que se convirtiera en un hitparei de reuniones alrededor de una hoguera o de esperas de castings a opositor a cantante. Allí tomando el puente la banda: una guitarra, la voz de un chico igual, los de notable en inglés coros y voces, muchos, y el resto, nosostros, yo, palma que te palma. La pena, haber dejado calentar la cerveza comprada en un super.

En el lado menos viejo, el ayuntamiento (Staromìstská Radnice), sus espléndidas plazas anejas y el mercado. Al pie del reloj de su udaletxe esperamos pacientes a que dieran las once, hora en que unos simpáticos muñecos salen de su lado derecho para, tras contar su historia, desaparecer por la izquierda.

Al otro lado, el ahora inundado de tiendas de cristal de bohemia para turistas, calles empinadas, el castillo y la calle de oro, con casas de disteles de agacharse. Y un poco alejado del centro, a un paseo, el barrio judío del que salió Golem, el gigante de barro mítico. Y allí la sinagoga y el, desgraciadamente necesario, cementario. Dicen que la historia enseña y todo el mundo, ellos también, lo deberíamos tener presente.

Al caer la noche visita a una cervecería en la que, al mismo tiempo que te servían las jarras, ponían con tiza un palote en la mesa. Tenemos, tengo de esa época no digital pocas instantáneas, entonces lo de hacer click había que pensárselo.
Al regresar, alguien me contó, que ese mes no me habían echado en falta mis vecinos.

Escucho a lo lejos a sanchís y jocano y vuelvo en sí, tarareando me moriré haciendo bohemia. La huida y su regreso dieron para más, pero eso será en otra cita. Tomémonos un tiempo, vayamos despacio.

2 comentarios:

  1. Praha es la ciudad más bonita que e visitado nunca. Es preciosa sobre todo en Abril ya que ponen un mercadillo emn la plaza del ayuntamiento parecido al de Pamplona en San Fermin y en Navidad. La diferencia es que las casetas donde vendían los subenires eran de madera adornadas con banderitas de colores.

    El relog es impresionante... copmo puede medir casi todo lo que alguien se pueda imaginar, el puente es espectacular y el edificio que baila ni te cuento. Por otra parte la juera es impresionante y el servicio de metro casi perfecto la verdad.

    La única pega de Praha yo creo que es la gente de allí, es decir no los vendedores ni los que se dedican al turismo, la gente en general. Por ejemplo pasar la calle es casi imposible ya que los coches pitan antes de parar y corres un gran peligro de ser atropellad@.

    Bueno os animo a que visiteis esta magnífica ciudad a mi parecer es ncluso más bonita que Venecia

    Muxus

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  2. Bai egia merezi duela!
    Praha es una ciudad que, si no la visitas, te estás perdiendo algo que realmente merece la pena.
    Y si además tienes la suerte, como yo, de verla en el momento personal adecuado con una gente que flipas, pues mejor.
    Y eso que ahora ha tenido que cambiar mucho, ya que estuvimos en el 93. Tengo a esta ciudad señalada para volver... No os la perdáis, si podéis.

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