A cara de perro

Venceréis, pero no convenceréis

Crónica deportiva de lo antideportivo

Por Javier Mtez de Zuñiga

Es que hay años en los que uno no se levantaría de la cama: ahora es Maite Zaldivar la que también va ir a la trena; con ese nombre tan vasco cualquier pensaría que la acusan de kale borroka. Mientras a duras penas tratamos de reponernos del disgusto, vemos como en otras latitudes más frías se producen competiciones al más alto nivel; tenemos por ejemplo el desafío entre Mindegia y Olasagasti a hachazo limpio y también los habituales enfrentamientos entre la Brújula Mecánica y los alumnos del Instituto Cuatrovientos: partidos de fútbol en los que se da salida al desahogo y bienvenida a nuevos talentos. El resultado? Los apostantes de la porra lo saben bien: victoria incontestable y sobretodo limpia de los profes!

¡Marchando un combinado!
Tras la medio-derrota contra 2º de jeDAI (el autómata del fútbol), competición preparó un refrito con retales de los ciclos de DAI y ASI, dando opción a formar un equipo que aunara buena administración y lógica. Y como es lógico se presentaron los buenillos de cada clase, y como también es lógico pecaron de novatos. Horas antes del partido, el General Pardo ya tenía muy claro cómo debían situarse los equipos en el campo: a ver chavales, Sun Tzu, El Arte de la guerra, capítulo 9, Sobre la distribución de los medios:
“No camines en contra de la corriente, ni en contra del viento.”
Los alumnos estaban mucho antes en la cancha pero cedieron el terreno favorable y se pusieron en contra del viento con lo que la brújula añadió una unidad más a sus legiones.

El partido
Todo comenzó con buen pie para los profes; Pardo abrió el melón con una pera de impresión que se coló alta y rebotando en el poste. Pero los alumnos no se vinieron abajo y enseguida le dieron la vuelta al marcador, eso sí, con un gol previo anulado al oportunista ortopédico tras haber sacado una falta de forma irregular. El partido se volvió algo bronco, con multitud de jugadas que se paraban por faltas, por manos, por malentendidos y sobretodo por interminables discusiones sobre situaciones en las que nadie daba la mano a torcer (lo normal con 10 navarros en un campo de fútbol); aquello más que deporte parecía Delporte. Aún así, el partido siguió, a pesar de los goles dudosos y con una cuenta de dianas distinta según el bando.

Plaga de autogoles
Primero fue Pablo, luego fue Pardo y esta vez le tocó a Abilio: los jugadores la Brújula van tan sobrados que en cada partido se permite el lujo de hacer un autogol. El ortopédico debía estar pensando “oh cielos, ahora me toca a mí”, y lo cierto es que estuvo a punto de emular a Abilio con su cesión-autogol de cabeza; quizá el próximo partido. Por fortuna para los profes, o quizá por la acción del viento, los alumnos tuvieron una precisión de remate digna de una escopeta de feria. Y eso que ante ellos contaban con esa defensa con la que Pablo tanto se desespera.

El desenlace
Los alumnos iban ganando (según sus cuentas), las jugadas polémicas y las discusiones elevadas de tono se repetían una y otra vez. Un buen número de aficionados fue testigo de los piques y protestas de los jugadores, llegando incluso a entonar el soniquete: Pardo: Cabrón! Trabaja en el camión! Los profes lograron su empatillo y el capitán hizo amago de retirarse y terminar el encuentro. Más bronca y más discusión; finalmente, quizá por pura inflamación de sus gónadas Pardo echó el órdago, todo un clásico del patio del colegio: ¡el que meta gana! Tras unas idas y venidas, el ortopédico aplicó la puntera al balón y el (buen) portero no supo pararla, para vergüenza de los alumnos.En definitiva fue un partido como el martín con vodka de James Bond: agitado, pero no revuelto.

Preocupante situación
Ante los continuos derrumbes en el túnel de Belate, en lugar de construir un nuevo túnel, el departamento de obras públicas del Gobierno de Navarra bien podría buscar una solución mucho más efectiva para facilitar el tráfico: poner a Abilio para que los vehículos pasen entre las piernas. Y es que ayer fue objeto (una vez más), de insultantes cañetes de los que hay testigos. Una sotana o una gabardina tipo Matrix no vendría mal para cerrar ese hueco.
Durísimas declaraciones del portero de la Brújula al finalizar en encuentro: