lunes, 13 de octubre de 2008

Dóblate, plísate, multiplícate por dos



15 líneas: relatos hiperbreves


Otra semana ante ti y esta vez más crecidos porque a partir de ahora tenemos doble poder antigrasa. La sección que pone y dispone. Como casi cada semana (no se sabe bien qué día) te trae un micro, un hiperbreve... vamos, un mini-relato (pone). Además, te propone que, a partir de una serie de 3 fotos, te inspires, o aspires, hables con tu musa y lo transcribas(dispone). La cosa puede estar bien, 3 fotos y ¿cuántos relatos? . Ya sabes que en este caso, la cosa si breve...

Toda una vida

Lo vio pasar en un vagón de metro y supo que era el hombre de su vida. Imaginó hablar, cenar, ir al cine, yacer, vivir con él. Dejó de interesarle.

De Beatriz Pérez Moreno en Literaturas.com


La musa


Esta semana de pistoletazo, de despegue, de entremés... extraído de notodofest (pásate, lo merece) la serie de 3 fotos de Leire Mentxaka es nuestra propuesta, nuestra pregunta ¿Es posible escribir relatos cortos quetepasas a partir de un punto común? ¿cuántos?



Las respuestas comentarios o correos a alviento.cuatrovientos.org que lo mismo da. Seguimos en with touch.




5 comentarios:

  1. Nunca habíamos tenido una así de gorda. Encima, se va. ¿Por qué no vuelve? Le he dicho todo lo que tenía que haber soltado desde hace mucho, pero yo también he oído lo mío. ¿A dónde habrá ido? Pero en una relación no puede haber secretos ¿o sí? No, lo importante es la comunicación; ahora, que si esto es comunicación... ¿Voy? Entonces pensará que me estoy disculpando y eso no. No tengo por qué ser yo quien dé su brazo a torcer. Si no voy tal vez no volvamos a vernos, capaz de dejarme aquí para toda la vida. No puede ser que el puto orgullo lo eche todo a perder. ¡Ya volverá! ¿Y si no vuelve?

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  2. Un clic. Dos clics. Tres. Nada. Tiró con fuerza. Seguía sin moverse. Colocó la manilla en su posición y volvió a intentarlo.

    Un clic. Dos clics. Tres clics. Definitivamente, estaba encerrado. Pegó la frente al cristal, poniendo las manos a ambos lados de la cara para que la luz no reflejara y poder ver mejor lo que había en el exterior. Lo que siempre había soñado estaba ahí, meciéndose bajo el sol.

    Lo intentó por última vez. Un clic. Dos clics. Tres clics. Tiró como un loco hasta casi desfallecer.

    Hasta que se dio cuenta de su error.

    La puerta se abría empujando.

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  3. El milagro de las pastillitas azules

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  4. El caso había pasado de estar en un paso a nivel a un callejón sin salida. Las relaciones en jefatura de marejada a doble marejada. Las sensaciones llenas de vacío.

    El detective miraba ensimismado el ventanal de la escena del crimen, bloqueado. Sin embargo, Control-Alt-Supr, el administrador de tareas decía activo, uso de cpu, carga de transacciones, procesos. Todo correcto.

    Menos cuarto, en punto, y cuarto, menos cuarto, en punto, y cuarto… faltaba algo la media esa era la clave, ese era el arma.

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  5. [...] vigoroso viernes. Vuelta al viernes, vuelta al hiperbreve. La semana pasada proponíamos esta serie como musa para un micro-relato. El resultado igual y desigual por partes iguales y desiguales. [...]

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