miércoles, 30 de mayo de 2007

¡Pardo Piérdete!

La Brújula rasca un empate en un partido gris-canoso
Crónica de lo que pudo ser una victoria pero resultó una vergüenza

Por Javier Mtez de Zuñiga
Negros nubarrones sobre la cancha
Puede que a muchos les resulte escandaloso que Mayte Zaldivar viera pasar delante de sus narices sobres y sacos de dinero y nunca preguntara por su origen. Sin embargo eso no son más que minucias si lo comparamos con los acontecimientos de los que somos testigos todos los miércoles en el partido de fútbol. Se acerca el final de la temporada, son muchos partidos en las piernas, los huesos tienen menos calcio que un yogur desnatao y la actitud ambiciosa pasa a ser de supervivencia. Ayer, el equipo de Pardo sumó un nuevo despropósito empatando un partido que a priori debiera ser puro trámite, al menos según el capitán. Un capitán que vuelve a saltar a los medios gracias al nuevo politono que está arrasando en los teléfonos móviles. Este es el politono “eres un gallina Pardo” interpretado por un alumno del instituto a capella.







Para descargarlo puedes pulsar aquí.



¿Y el partido?
Se mascaba la tragedia; volvía el Pardo. Volvía con su balón globo mikasa del 4, ingobernable para la mayoría de los mortales, del gusto de los brutos sin clase y repudiado por los jugones. Aunque en principio la cosa no pintaba tan mal para la brújula: el rival era CI, o más bien una selección de amigos de CI todos ellos habituales de la cancha y con ganas de humillar a los profes; y además contaban con algo de banquillo. En lo meteorológico, pese a los negros nubarrones la pista se mantuvo seca y en óptimas condiciones para la práctica del fútbol geriátrico.
Pablo acosa al contrario
La cosa no iba mal del todo, ya que los profes empezaron achuchando a los alumnos con un ortopédico tirando a puerta todo lo que pillaba. Hasta que marcó un gol tan increíble (desde lejos elevado poste y gol) que le dio la alternativa a Abilio. Este tardó en salir ya que estaba con la Venus de Gillette depilándose las piernas. Para cuando estaba listo y con el flequillo en su sitio, los alumnos habían remontado en el marcador y encima Pablo le robó el cambio a su compañero. Los alumnos aprovecharon la ausencia del Kaiser para romper las defensas de los profes y marcar más goles, pero aquello no fue más que un espejismo. La Brújula retomó el control del centro y presionó al rival desde la medular sin dejarle trenzar ni una coletilla. Con eso, algo de suerte y un par de contras fue suficiente para estar siempre por delante o empate.

Uno de los jugadores desequilibrantes fue una vez más el ortopédico, desequilibrante sobre todo para sí mismo ya que recibió un balón fácil, se regateo a sí mismo, se tropezó y cayó al suelo de forma sonrojante en cámara lenta. El portero Jon también hizo alguna de las suyas como un saque de puerta (con la mano) que se fue directamente a la cancha de basket, eso sí, con rosca. Felipe, que estaba de espectador no daba crédito a lo que veían sus ojos y Javier por poco se traga el cigarro del descojono. Por lo demás el alumno traidor tránsfuga Alejandro cumplió seriamente con su papel de aportar ideas, desequilibrar a los demás y por supuesto, goles.

“Que parezca un accidente”
Lance del partido
La balanza se podía decantar por cualquiera de los bandos hasta que Pablo entró como un javinavarro a uno de los alumnos más hábiles y este tuvo que pasar a la portería. Aprovechando que los chicos de CI cambiaban de esquema la cobarde Brújula aprovechó para tratar de darle la puntilla a los alumnos. Cambiaron el globo por un balón medicinal para que el partido se ajustara a las maneras carrozas. Y ahí empezó el desastre: un Pardo fallón, protestón, egoísta cual delantero endiosado no fue capaz de marcar ninguno de los regalos con que le obsequiaron sus compañeros. En vista de que no había forma de ganar, Jon se autolesionó de gravedad y provocó que el partido tuviera que ser suspendido con el resultado de empate a 6. ¿o eran 7? Y así, con rigor y con la verdad por delante termina esta crónica; así fueron las cosas y así se las hemos tergiversado.

Visto lo visto cabe plantearse lo siguiente:
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2 comentarios:

  1. Fui testigo. Conseguí aguantar medio partido, lo suficiente para comprender algunas cosas:
    a) El nombre del equipo "La brújula mecánica" está clavao, aunque no diga nada del óxido ni de las articulaciones herrumbrosas. Podría recordar a Terminator, pero más parecen Mazinger zetas con abolladuras.
    b) La pista está mal orientada. Habría que girarla 45-50º dirección este para que algunos tiros a puerta se acercasen mínimamente.
    c) Los brujuleros son unos machos. Son capaces de aguantar más de diez minutos sin utilizar equipos de oxígeno ni nada.
    d) Utilizan estratagemas extrasensoriales de apoyo. Si no, no se comprende que puedan jugar juntos cinco semidioses que son al mismo tiempo entrenadores, jugadores, árbitros, masajistas, cañoneros, críticos y estrategas (por no hablar de sus cualidades como segadores de tobillos).
    e) No hay árbitro por pura supervivencia: el colectivo de réferis sabe que no saldría vivo de una incursión en un partido brujulero. Ya hay unos cuantos vestidos de negro que toman las decisiones (casi nunca unánimes).

    Por lo demás, bien.

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  2. [...] gallina Pardo, tu equipo no lo quiere Pardo, tu equipo no lo quiere!” que se puede escuchar en esta otra crónica. En fin, si es que no hay más que ver la foto, unos chavales jóvenes sanos y correosos frente a [...]

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