Atacama by bus

Diarios de motxileta (y IX)

Puntual a su cita me encontré hace naa de nuevo a mi viajo amigo el recuerdo y recuperé de la despensa un viaje, o mejor dicho, la etapa de un viaje. No os puedo asegurar cómo fue, yo sólo os cuento lo que ha quedado en ese repaso. El de esta vez no es un encuentro anónimo, ni siquiera una canción, es un álbum. Babylon by bus y como ejemplo cualquiera de sus elementos.

Y no es que me haya acordado de Jamaica, no podría, extrañamente me ha trasladado a San Pedro de Atacama, Chile. Inquietante que diría Iker J.

Echando un vistazo al espárrago de Chile, el desierto de Atacama se encuentra de la mitad (más o menos Santiago) para arriba y de esa mitad más o menos en medio, toma concreción. De esta región (en el sentido político no) San Pedro de Atacama está al lado de la cordillera (frontera argentina) y cuenta al menos un viejo del lugar (a nosotros nos lo hizo al menos) era un oasis de ensueño.

El tiempo y su peor aliado, el hombre, han hecho de él lo que es y harán de él lo que sea.

Llegamos de Chañaral (PN Pan de Azúcar), Antofagasta, el trópico de Capricornio, Calama, todo todo desierto, el de Atacama, el de lxs atacameñxs. Aparecimos anochecido (era invierno) e igual fue un buen principio comenzar a descubrirlo en su peor hora a partir de ahí la cosa no podía hacer sino mejorar. Encontrar alojamiento no fue difícil y caímos en un hospedaje cerca de la plaza.

Recepción, patio y habitaciones alrededor, la cosa tenía mejor pinta. Enseguida, en la agencia de al lado, reserva de excursiones y 3 fueron 3, valle de la muerte y valle de la luna, salar de atacama y géiseres del tatio. A éstas les unimos un paseo de 5 horas al pukara de quitor y al cañón del diablo. Todo en 3 días intensos-intensos. Pero vayamos en orden:

Primer día

Levantar tarde, estar reventao. Salir a desayunar paila huevos y café americano. Colada en el patio, a estas alturas del viaje ya somos especialistas en el uso del jabón marsella. El resultado impecable. Paseo por el pueblo, casas de rojo arcilloso, de tejados planos, calles sin asfaltar.

La plaza agradable, la iglesia del altiplano preciosa blanco ultra y con las vigas de cardón (cactus). Paseo de los artesanos cubierto con puestos a diestro y siniestro: gorros, bufandas, chalecos (jerséis)… del altiplano, hoja de coca, artesanía en cardón o piedra volcánica… Y a la tarde la excursión.

Valle de la muerte. Zona desértica entre gigantes castillos de arena donde podar un paseo. Por cierto vimos a gente haciendo snow en duna. De allí al valle de la luna. Una zona cercana donde el desierto y el exceso de sal recreaban un paisaje lunar. Los mismos elementos y el viento habían jugado a escultores y compuesto lo que llamaban las 3 marías. La caca, la mierda y la porquería no, las 3 vírgenes.

También nos contaron que el abuso de los turistas había roto una. Tener cabeza para esto. Y para finalizar la puesta del sol en la gran duna. Mirando hacia la cordillera cuando el sol viene a por ti, te rebasa y se sumerge. Hau espektakulua, no se te olvidará, te lo garantizo.

Segundo día

Madrugón. Íbamos a ir a los géiseres del Tatio (el viejo que llora en atacameño). 2 horas de viaje (en coche) a través de la cordillera. Viva el traqueteo. Allí todavía oscuro a esperar al sol en lo que antes era un volcán, a casi 4.000 msn y a menos de 10º bajo cero. En un marco de fumarolas y azufre. Allí mismo desayunar y luego, ya amanecido un baño en una terma natural. Menudos pedos pegaban. Luego vuelta.

El paisaje de vuelta es de habitual del altiplano, de embrujo. Llanuras salpicadas de cerros y volcanes y cubiertas de piedra rojiza, paja brava (con perdón) y con esporádicas apariciones de camélidos. De entre ellos vicuñas (salvajes), llamas y alpacas (de rebaño). No había guanacos.

Y a la tarde el salar de atacama y Toconao, un pueblo en lo que llaman el valle del jerte. Un tío llamado microclima hace que puedan cultivar frutas, verduras… El pueblo es famoso por su campanario. Aquí los campanarios están separados de la iglesia, en frente, vigilantes. Aseguran que la iglesia es femenino y que el campanario, masculino, la defiende.

El salar un paraíso para las parinas (flamencos) que en esta época del año vienen también de vacaciones. Nos dicen que son animales de una sola pareja y que su color, rosáceo, se debe al color de lo que comen, gambas microscópicas. Y al fondo, como casi siempre, los picos más altos de la cordillera. Esto es inmenso, estamos en ella y sin embargo la vemos desde aquí. Otra pico de puesta de sol y regreso. Satisfechos.

Tercer día

Abandonamos la pensión y dejamos el equipaje en la consigna de tourbus. El billete lo habíamos cogido antes, con perdón. Desayuno habitual , mochila txiki a los hombros y paseo. Pukara quitor y más allá, a unas 2 horas andando, la garganta del diablo. En ella nos sentimos por un momento alíbabas zapatistas. Por el paiseje y la inmediata tormenta de arena que nos pilló nos obligó a taparnos la cara con un pañuelo.

La tormenta nos acompañó todo en el regreso y nos llevamos su recuerdo, arena hasta la raya y marcas en las piernas (con pantalones largos). Al llegar a San Pedro bus y rumbo a Iquique.Todavía yo me extraño de que Bob Marley haya rescatado esta escapada del congelador. Lo siento por la chapa, es un cedé completo y me ha extendido demasiado, pero es tan lejano y está tan aquí. Atacama by bus!!!

En otra ocasión quizá me tope con Chile y su recuerdo. Si eso vuelo y te lo cuento.