jueves, 24 de mayo de 2007

¡Aún quedan hombres de verdad!

Los profes arrasaron, quemaron y echaron sal en la tierra del enemigo

Crónica victoriosa y dispendio de elogios

Por Javier Mtez de Zuñiga

Vivimos una actualidad totalmente revuelta en una semana plagada de noticias de importancia vital. Hemos sabido por ejemplo, que en su día Rocío Jurado tuvo que desmentir que Pedro Carrasco fuera homosexual. En este momento informativo tan trepidante y vertiginoso la Brújula Mecánica vuelve a copar las portadas de la prensa deportiva merced a una nueva victoria en su particular examen de los miércoles. Y no se trató de una victoria cualquiera ya que se batió el record de goles de la temporada. Entre las dos porterías se repartió un total de 34 roscos, vamos, como si fuera San Blas. Un paseo triunfal que obligará al resto de profesores a ir detrás de los brújulos diciendo aquello de “recuerda que solo eres un mortal”.


El escenario y las circunstancias

La meteorología jugó una mala pasada al comité de organización ya que el partido estaba planificado para jugarse en la pista del insti, también conocida como la cúpula del trueno (¡dos entran, uno sale!). Se esperaba un día radiante pero la mañana fue plomiza y presagiaba lluvia. Y así fue: poco antes del partido cayeron cuatro gotas y finalmente la de dios. Pero ¿puede acaso un poco de agua amilanar a un grupo de hombres fornidos con determinación de hierro? Jamás! Los alumnos dudaban: lluvia, una peligrosa pista mojada,… pero los miembros de la Brújula saltaron a la cancha aporreándose el pecho y gritando: “¡por Pardo y la Brújula!”, tanto entusiasmo reflejaba quizá una búsqueda algo suicida de una baja por traumatismo que se podría encadenar a la perfección con el alta en el mes de julio.

Lloviendo en la pista

No necesitaron al Pardo
Además de las pésimas condiciones del campo, la ausencia del habitual Eneko y de gente pal banquillo, el capitán Pardo se había autodesconvocado del partido. Todavía arrastraba unas molestias del partido anterior además de la fatiga acumulada de varias décadas arrastrándose por el área. Quizá por esa razón, el comité de competición preparó un encuentro que a priori no sería difícil para los profes: los chicos del ciclo medio. Jóvenes, con pulmones vírgenes (suponemos), preparados y con botas de fútbol de las mejores casas. El partido anterior se lo había llevado la Brújula sin mayor problema, pero esta vez afrontaban el choque sin el ariete de Arguedas, azote de defensas y terror de los traumatologos.

¡Póngame dos docenas!
El campo convertido en una pista de patinaje y un balón pesado y poco habitual fueron elementos determinantes en el devenir del partido; esas condiciones se ajustaban perfectamente al juego pausado y soseras de los abuelos, y restaban posibilidades a la velocidad de los alumnos. En un principio la cosa iba medio empatada con 3-3, 4-3, pero poco a poco los profesores fueron distanciándose a base de marcar un gol tras otro. Y es que falta de Pardo buenos son Ortopédicos; ayer batió todos los records marcando nada más y nada menos que 10 goles, unos de calidad, otros de oportunista y muchos de pase de la muerte, que suelen ser los que siempre falla. Y a punto estuvo de marcar de vaselina, desde casacristo como Gudari, vamos… un recital. El resto de compañeros también tuvieron hueco para su lucimiento como el ya clásico gol de Abilio desde su propio campo. Los alumnos pasaron apuros para atravesar la medular debido a la presión ejercida por los profes, pero a la contra encontraron su mejor arma, aunque Jon tuvo un día más o menos inspirado y evitó muchos goles. Como Pardo no andaba por ahí también aprovechó para hacer de las suyas, como ese inolvidable saque de puerta estilo cesta punta (todo eso de espaldas por supuesto). Suyo fue uno de los goles. En total este fue el resultado:
24-10

Visto lo visto cabe preguntarse:
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