A William Golding le concedieron el premio Nobel en 1983. Entonces casi nadie lo conocía (al menos entre los lectores en castellano) y rápidamente se publicó una obra suya, El señor de las moscas, de la que se había hecho una película un montón de años antes. Pero tiene más novelas, y una de ellas es ésta: La construcción de la torre.
En ella, el deán Jocelin hace todo lo posible para construir una torre de 120 metros de altura sobre una catedral que apenas tiene cimientos. Pasará por encima del arquitecto, de las autoridades eclesiásticas y de quien sea necesario para culminar la obra que hará que su nombre perviva.
La voluntad, el destino y la soberbia -sobre todo, la soberbia- planean sobre los personajes de la novela.
Obra maestra.
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