La sección de juegos de tablero vuelve a la carga con esta adaptación de la grandiosa saga fantastica escrita por George R.R. Martin. Juego de Tronos cuenta la historia de una tierra llamada Westeros donde distintas casas nobles conspiran y luchan para consolidar su poder y lograr el trono que trata de unificar los siete reinos. Por si no fuera poco el lío que tienen montado entre ellos, al norte de Westeros existe un gran muro custodiado por una guardia imparcial para impedir la invasión de las terribles hordas salvajes. Vamos que esto es una saga de amor, espada y brujería con una extraña virtud: gusta a los adeptos del género y también es capas de enganchar a cualquiera. Y con esa trama y ese nombre, esta saga tenía que tener un juego.
El juego está diseñado para varios jugadores. Cada uno asume el control de una de las grandes casas de Westeros: los poderosos Lannister, los Baratheon, los Greyjoy, los Tyrell y los Stark de invernalia. Todos partes de su feudo de origen y básicamente deben procurar expandirse por todo el terreno disponible y acumular poder. En cada turno los jugadores deben elegir sus acciones en secreto y ponerlas sobre el tablero boca abajo. Una vez que todo el mundo ha puesto las fichas de acción es el momento de darles la vuelta y ejecutarlas: las acciones pueden ser de atacar, de apoyar, de defender, de anular la acción del otro, etc.. y todas tendrán efecto dependiendo de lo que haga el de al lado. En caso de combate debe hacerse una suma de puntos contando el nivel de ataque, los apoyos y en última instancia la elección de un personaje clave de la casa.
En cada turno hay una fase en la que puede producirse reclutamiento de tropas. Cuantas más ciudades se controles más tropas se podrán reclutar. Y cuantas más provisiones se tengan, más unidades se podrán tener: infantería, caballería y barcos. Además existen tres objetos que aportan ventajas a quien los posee: la espada da un punto extra en ataque, el trono te da prioridad en determinados turnos, y el cuervo te permite rectificar órdenes una vez puestas en juego. No se trata de machacar a los demás sino de acaparar terrenos para que cuando termine el número de turnos establecido gané el más poderoso de todos.
Lo primero que debe quedar claro de este juego es que deja muy poco espacio para el azar, y lo fundamental es la estrategia. No hay dados, por tanto la suerte poco tendrá que ver con los resultados del mismo. Así que aunquea priori parezca un Risk, es más bien un ajedrez, donde hay que moverse tratando de anticipar los movimientos de los demás. Esto puede gustar más o o menos: lo bueno es que está claro que el desarrollo dependerá de las decisiones y no de un dado de x caras; lo malo es que si las malas decisiones pueden lastrar toda de la partida. Por otro lado, no es fundamental conocer los libros para jugar ya que el sistema podría haberse aplicado a cualquier trama. Los lugares y personajes de la saga han servido únicamente como material de ambientación, pero sin duda gustará a los seguidores.
Las partidas se pueden hacer largas (4 horas), pero el juego no se hace repetitivo y no se hace pesado. Los componentes son sencillos (símbolos de madera), además de fichas y cartas muy elegantes.
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