Crónica de una victoria sin mérito
Por Javier Mtez de Zuñiga
Los punkis tenían razón: no hay futuro. Caminamos con paso firme hacia el precipicio y nadie hace nada para remediarlo. Se calcula que para el año 2015 la seguridad social y la caja de las pensiones estará en quiebra total y no habrá dinero para nuestra jubilación. De momento la población actual y un par de generaciones futuras están hipotecadas hasta las cejas por el déficit y la ayuda a bancos y cajas ruinosas. El único consuelo que nos queda ante ese panorama es ver un equipo con camiseta roja meterle 4 goles al Madriz, y es que a veces da gusto volver al pasado para rememorar otros tiempos. Y hablando de pasado, Pardo y sus mariachis volvieron un miércoles más para deleite de la parroquia y para que los alumnos de transporte descarguen un poco las hormonas, que las tienen como una alarma de incendios ahora que se acerca la primavera.
El preciado puesto
Entre las novedades más destacadas para la convocatoria estaba en principio la ausencia del cerebro del equipo y guardián de la medular Abilio, un jugador que atempera a sus compañeros, reparte juego y remata con eficacia. Esta circunstancia obligaba a la dirección técnica a reordenar las piezas en el tablero y tuvieron que repescar, nada más y nada menos que al repudiado Iban, que había jurado por sus muertos no volver a jugar con los profes jamás. Pero ya se sabe, la Brújula es como la CIA, nunca se deja del todo. Tras unas duras negociaciones en las que Iban se mostró inflexible se llegó un acuerdo para ejecutar la opción de recompra sobre el jugador; en dicho acuerdo Iban se hacía con el bastón de mando en la zona media y la comarca de Pamplona y se le dejaba vía libre para dirigir el juego a su antojo: conducir y marear la pelota y pasarla lo justo. La cantidad recibida a cambio del fichaje no ha trascendido aunque a última hora de ayer llegó a la redacción un documento gráfico que muestra el pago recibido por Iban que ha permitido su OK a la operación:
Altas y bajas
La otra cara de la moneda iba a ser la del ortopédico. Los profes lo echaron de la convocatoria y tuvo que buscar acomodo en las filas estudiantiles. Y es que la Brújula tenía dos opciones: tratar de ganar con justicia o la deshonra de manipular la convocatoria. Cuando se vio transferido a otro equipo, el ortopédico no dudo en recuperar las palabras de Churchill: "Os dieron a elegir entre la guerra y el deshonor… Elegisteis el deshonor, y tendréis la guerra". Y con ese ánimo encendido afrontó un partido inédito hasta la fecha: la repetición del partido anterior. ¡Sí! La Brújula sin duda trataba de hacer un experimento fundamental con sus jugadores más jovenes: perdieron jugando sin Iban y con el Ortopédico. Ante el mismo equipo y cambiando de bando esas piezas… ¿sucedería lo mismo o cambiaría el resultado? Para los dos implicados era sin duda un examen final. Los alumnos, el aguerrido equipo de 1 GT serían los testigos involuntarios de esta lucha intestina. En el último momento, al ver el percal, que Igor jugaba con ellos y sobretodo al ver que Luisma iba a faltar, los profes decidieron recuperar al ortopédico (que tampoco es que lo recibieran con los brazos abiertos en GT). Este siempre lleva doble equipación para afrontar estos cambios, así que se puso su uniforme azul sin acritud y jurando lealtad ciega a Pardo.
Comienzo espectacular
El comienzo en tromba fue el de los profes. Nada hacía sospechar que el partido fuera a cambiar tanto cuando en los 10 primeros minutos los profes se adelantaron en el marcador con… dos goles del ortopédico batiendo por alto y por bajo a Ismael. Pablo e Igor no daban crédito, y Pardo veía que su figura menguaba (más si cabe) y su estrella perdía brillo. En cualquier caso los profes comenzaban con un saco de confianza enorme, más aún cuando vieron como Abilio llegaba al estadio dispuesto para entrar en juego, con lo que podrían tomar aire. Los profes tuvieron más ocasiones y llegaron con claridad al área pero se empezaron a topar con el portero. La verdad es que se dejaron llevar una vez más por el ritmo de los alumnos. Poco a poco volvió la cordura y los alumnos lograron el empate rápidamente. Y a partir de ahí empezó el duelo entre los porteros.
Javier vs Ismael
Durante un largo periodo, nadie fue capaz de marcar un par de goles seguidos ¿Mérito de los porteros o demérito de los delanteros? Quizá un poco de los dos. Los guardametas de ayer acapararon todo el protagonismo evitando goles claros una y otra vez y llevando a la desesperación a ambos equipos. Cada uno en su estilo, hacían casi imposible llevar el balón a la red: el de los profes, pequeño y ágil, se echaba encima de los delanteros y estos apenas podían maniobrar. El de los alumnos, alto y rápido, levantaba brazos y piernas y parecía tapar toda la portería. La Brújula creó miles de ocasiones para todos los gustos: uno contra uno, dos contra uno, tres contra uno, y no había forma, los remates siempre chocaban con algún miembro de Ismael
(Pausa dramática y ligero carraspeo)
La verdad es que parece mentira que los profes ganaran teniendo en cuenta que la defecaron continuamente todos y cada uno de ellos (salvo el portero). Lo cierto es que pudieron adelantarse por dos goles, y aunque los alumnos metieron una no fueron capaces de ir más allá. A menos cinco Pardo ya recogía los bártulos. Ante las protestas se siguió un poco pero poco más se pudo hacer, sobre todo cuando una entrada del ortopédico mandó a un alumno al banquillo donde le esperaba una rubia platino. Resultado: 4-3, probablemente uno de los marcadores más raquíticos que se recuerdan. Todo gracias o por culpa de Javier e Ismael.
Polémicas
En el tramo final del partido Iban estaba deseando salir del banquillo pero parece que sus llamadas no llegaron a los oídos de los profes. Abandonó el polideportivo apretando los puños, vomitó unas lentejas y juró no volver a jugar con la Brújula. También hubo una discusión acalorada en los vestuarios entre Igor y su suegro, Pardo. Esto puede suponer que el puesto de yerno este en estos momentos vacante…
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