¡Qué pase el siguiente!

La Brújula sigue sin encontrar un rival a su altura
Crónica de un 9-7 según la versión oficial

Por Javier Mtez de Zuñiga



La sufrida población no tiene donde resguardarse de la tormenta mediática que tenemos encima; la Reina de España, consorte de la personificación del estado y estimada por todos gracias a su discreción ha rajado a través de Pilar Urbano. La singular periodista, que nunca pierde ocasión de entrecomillar declaraciones y de estar en el candelabro, ha puesto en serio riesgo nuestra actual ordenación jurídica torpedeando los cimientos del estado derecho. Su libro se venderá mucho pero la bolsa ha pegado otro bajón y los limones no paran de subir, con lo que se nos agria el panorama una barbaridad. Por suerte, aunque suban los alimentos el fútbol sigue siendo un alimento muy completo para la plebe. Y una de las raciones que nunca falta para alivio de los hambrientos es el partido de fútbol que todos los miércoles enfrenta a los alumnos con los profesores del Instituto Cuatrovientos. Un banquete de ferplei regado con buen fútbol. Ayer más que nunca teniendo en cuenta que no estaban ni Pardo ni su balón de lo cojones.



Pardo el gran ausente
¡Y tan grande! Qué grande fue su ausencia. En cuanto se supo la noticia los profesores y en especial los suplentes descorcharon el champán y sirvieron unos canapés en la sala de profes. No, todavía no se retira, pero este puede ser le inicio de una retirada que lleva en anunciándose unos 40 años. Parece ser que los jugadores de la Brújula, ante las continuas amenazas con no convocar a ciertos jugadores se amotinaron y dejaron fuera de la lista al propio capitán. "Que sí Jesús, que necesitas un descanso, que las rodillas te crujen más que mi moto" le decía Abilio. Los jugadores afrontaban el partido con cierta sensación de alivio: paz en el vestuario, relax en las ocasiones falladas, tono tranquilo en las indicaciones, deportividad,... cuando falta Pardo, la Brújula pasa a ser un infierno de competitividad y ganar-como-sea a un remanso de juego pausado que busca la excelencia en todo momento. Excelencia que puede cimentarse cuando se recupera a Luisma y a Patxi para apuntalar al equipo. Sin Pardo el ortopédico podía quedar como referencia en ataque, así que Abilio con buen criterio lo puso de portero desde el inicio; luego ya hizo de las suyas aunque será poco efectivo pero oiga!: ¡qué baja a defender el tío!

Los rivales


Pocas grupos quedan ya para pasar por la trituradora. Debido a la falta de efectivos el rival era una mezcla de los ciclos de AF y GCM. Si bien AF puede parecer un ciclo con poca tendencia al fútbol está claro que de uno y otro podía sacar una especie de selección competitiva. Para impresionar todos vinieron de acuerdo con una indumentaria verde-esperanza. Pese a la mezcla de jugadores había rumores de que algunos de ellos militan en equipos de las duras ligas regionales donde se forjan los jugadores más recios. Quizás no fue para tanto pero lo cierto es que mostraron maneras y como todos los alumnos corrieron como posesos; y como suele ser habitual los profes se contagiaron y fueron detrás de ellos como tontos.

El partido

Los alumnos salieron en tromba y solo la mala puntería pudo evitar que no se pusieran por delante en el marcador. Los profes lograron sacudirse el acoso y comenzaron a poner en marcha la máquina de hacer fútbol. Fruto del toque y de la cautela que abanderan a la Brújula fueron capaces de ponerse por delante y de controlar el partido sin mayor dificultad. Con cierta rotación en el banquillo y sin muchos alardes parecía que el partido iba a ser un paseo dominical. Pero no, primero a un alumno se le salio un dedo y lo tenía pallá. Luego, cuando todo parecía que discurría con normalidad se produjo un penalti (legal) a favor de los profes. Luisma, que en la sala de profes parece un ser inofensivo, fusiló sin piedad la portería de los alumnos. A partir de esta pena máxima el partido se volvió barriobajero y todos se dedicaron a discutir fueras de banda y cualquier cosa dudosa. Lo curioso era que algunas de las discusiones se producían entre los miembros de la Brújula. Hay que tener en cuenta que tanto Abilio, Iban y Patxi están vinculados emocional y profesionalmente a los ciclos de GCM y AF así que no querían perdonar fácilmente a quienes iban a encontrarse al día siguiente.

El que si que perdonó fue el ortopédico, que ayer fue un émulo del Pardo: falló cuatro ocasiones claras de gol, fáciles, de las de empujar según Abilio. Y en cambio fue capaz de marcar tres goles de forma inexplicable, entre ellos una bolea a la media vuelta que fue pegada al palo ante la mirada atónita de sus compañeros. Los profes por su parte fueron capaces de marcar goles de puro tiki-taka y entre todos metieron la suficiente ventaja en el marcador para no pasar apuros. Solo la confusión del último cuarto y cierta empanadilla mental pudo poner en peligro la ventaja. En el tramo final pasó de todo: goles anulados, disparos y penaltis parados por Luisma, e incluso un gol de un alumno desde el centro de la cancha a la escuadra que fue medio-anulado (por excesivo se supone). En definitiva: 9-7.

Iban el díscolo
Pardo puede estar tranquilo porque sus muchachos hicieron los deberes pero a estas horas el comité de disciplina ya debe estar mascando la sanción para el joven Iban que ayer no tuvo reparos en llamar “palomero” a Abilio. Incluso quería pasar por alto jugadas polémicas. Pero lo peor de todo es cuando dijo algo así como “yo vengo aquí a divertirme”. Pardo, en unas duras declaraciones en la prensa afirmó: “parece mentira que todavía no se haya dado cuenta: a divertirte te vas de cena con los colegas. Con la Brújula solo vale ganar; y la diversión, la salud, los valores del deporte y el juego bonito son conceptos de los que solo hablan los perdedores”.
Por todo esto una pregunta flota en el aire:
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