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La Brújula arrasa con el marcador y con el buen gusto

Crónica de un partido para leer y tirar de la cadena

Por Javier Mtez de Zuñiga



El pasado sábado se alcanzó el culmen en la degeneración de la sociedad civilizada. Un punto de no retorno en el descenso degenerativo de occidente. Y no estamos hablando de la crisis financiera o la crisis de valores morales. Nos estamos refiriendo naturalmente a la intervención de Sonia Monroy en el último programa de la Noria. El simple hecho de que esta tal Sonia esté presente en un programa de televisión a nivel nacional en pleno sábado en prime-time ya es bastante de por sí. En su abultado curriculum destacan sus strepteases, sus noviazgos con futbolistas (¿alguien se acuerda de Romario?), sus numerosos destapes en interviú, su fugaz carrera como cantante de las Sex Bomb y más recientemente sus burdos montajes pactados para las revistas del corazón. El caso es que en un momento cumbre de ese evento que es la Noria Jorge Javier, a cuyo lado Mariano José de Larra es un juntaletras de tres al cuarto, afirmó que Sonia cobra los mismo que una prostituta pero que estas le infunden mucho más respeto. Y la otra le entró al trapo y entre todos cocinaron la carnaza para todos los programas de zapping del universo. Pese a todo, telecinco no sufrió el colapso que todos esperabamos y a día de hoy sigue emitiendo. Por suerte para la gente sensible y de gusto exquisito existe un evento de un nivel cultural digno de su elevado intelecto: el partido de fútbol que todos los miércoles enfrenta a los alumnos contra Pardo y esa jarca de tullidos que conforman la Brújula Mecánica.

Equipo mermado



Si ya de por sí los profes son unos seres mermados de condición física, el conjunto que a duras penas une a 5 desechos en la cancha va degenerando de manera exponencial. Por ejemplo hace meses que el equipo perdió a Luisma ya que tras su cesión no se ha ejecutado la opción de compra que hubiera apuntalado la zaga de la Brújula. Sin duda, la ausencia del que ha sido la revelación del año ha evidenciado las carencias de un equipo venido a menos. Por otro lado ya no hay porteros más o menos oficiales y en plenos exámenes los alumnos como Javier y James dan la espalda a los que en definitiva son sus enemigos. Y por si fuera poco, Pardo Y Abilio eran duda por el viaje relámpago a Barcelona donde iban a tratar de contagiarse, empaparse o algo del juego del Barça. Tras 2/3 de jornada metidos en un bus Abilio no estaba en condiciones, pero Pardo no defraudó porque este no se pierde un partido ni aunque suenen las trompetas del apocalípsis. Así las cosas la Brújula contaba con lo más duro del nucleo duro, Pablo y el Pardo, y echaba manos de veinteañeros crepúsculares como Iban e Igor y de seres atemporales como el ortopédico.

Los jedai no aprenden



Aquí les ven, som la gent de primer de DAI, tan se vol don venim si del sur o del nort ara estem dacord estem dacord scargots amb tomaquet con sanfaina esta molt be nen. Este grupo contaba a principio de curso con ciertas expectativas teniendo en cuenta la presencia de Sendoa, un jugador tan individualista como efectivo y rentable. Pero incluso con él no conseguían ganar así que ayer con la baja de Sendouken los alumnos no tuvieron más remedio que tirar del mercado de primavera y contratar a precio módico a un GT, un ciclo con jugadores muy cotizados últimamente.

El partido

Los alumnos mostraron sus armas desde el inicio: una meta defendida por Ismael quizá el portero estrella de este año, un eje vertebrado por Iñigo y Cristian y unas bandas pobladas de bultos sospechosos: un camionero infiltrado, un culé agresivo y un carrilero llamado juanfran que corría tanto como el de Osasuna incluso tenía el mismo acierto de cara a puerta). Los profes por su parte formaron de inicio con el ortopédico en la meta, Pablongo e Iban en la zaga, Igor en el enganche y Pardo prácticamente colgado (a duras penas) del travesaño contrario. Ante el alborotamiento de los chavales a los profes las bastó con templar un poco, conducir hasta la medular y dejar el balón en manos de los delanteros. Aún así había mucho portero enfrente así que sucedió lo inevitable: los alumnos se pusieron por delante 2-1. Pero poco a poco y base de no ponerse nerviosos, los profes fueron remontando hasta ponerse por delante y acabaron llevándose el partido con cierta comodidad.



Pese a lo abultado del resultado, lo cierto es que ambos equipos jugaron un partido horrible, lleno de fallos especialmente en el equipo de los profes. Sin duda todos ellos debían llevar las botas cambiadas porque no pararon de regalar balones, de pasar fuerte, de pasar corto, etc.. era en fin una defecación continuada, una auténtica diarrea de mediocridad que incluso su contemplación olía a mierda. Los errores de los alumnos pueden ser comprensibles: poco acoplamiento, el alborotamiento propio de la edad, el desequilibrio hormonal, etc.. pero lo que no es de recibo a estas alturas del campeonato es que los jugadores de la Brújula evacuén semejantes pases y la deyecten al rematar jugadas clarísimas. Incluso así, el resultado final fue de un contundente 9-3  a favor de los profesores.



Posible explicación al mal rendimiento

¿Cómo es posible que tanto unos como otros jugaran tan mal? ¿quizá al torradera del campo a 30 grados de sol de justicia? No lo parece. La explicación para que jugadores como Iban no pudieran correr ni 10 metros sin asfixiarse puede estar vinculada a la visita de 4 señoritas de la France que estos días reverdecen el ánimo del instituto. Sí ya de por sí las hormonas de la chavalería están como alarmas de incendios, la presencia de estas mademoiseles puede provocar que la fogosidad reviente en lugares ajenos a un campo de fútbol; muy en especial por Faustine (sí, la primera por la derecha), que sin duda trae de cabeza a los muchachos y provoca los inevitables crecimientos de uñas y conflictos entre el gremio femenino (siempre tan unido y leal).

Por todo esto y al hilo del fútbol cabe preguntarse:

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