miércoles, 6 de junio de 2007

Paliza para todo dios

Partido para futbolistas más brutos que un arao

Crónica de un 3 contra 3 mierda para los 6

Por Javier Mtez de Zuñiga

Más abajo del Ebro la sociedad anda alterada debido a las preocupantes noticias que llegan del entorno de Ortega Cano. Parece que el diestro no se está cuidando lo suficiente y no se somete a los habituales chequeos médicos. Y mientras tanto se olvidan de los verdaderos héroes del instituto, los miembros de la Brújula Mecánica que andan arrastrando severas lesiones y cayendo en otras tantas. A la del portero Jon (ahora conocido como cojo-jon) se suman los rumores de malestares de Pardo e indisposiciones de Abilio debido a la última salida a la feria de los camioneros en Barcenola. Habría que verlos, a Pardo liando a la gente en los stands (con acento “oye muete ¿pues no me vas a dar otro suvenir o quee?”) y a Abilio timando a los trileros. En fin.


“Pa machos nosotros”
Partido atípico el que se montó ayer. Estaba previsto un duelo contra los forales. No se sabe si por la incógnita de quién será su futuro jefe, o por el miedo a sufrir una derrota ante los abuelos ayer solo apareció un despistao con dos balones (de fútbol). Por parte de la Brújula la noticia era el regreso de Eneko, uno de los titulares del equipo con un apellido mas osasunista que el pacharán sadar. A falta de Abilio, la Brújula se presentaba con 5 efectivos, así que por no dejar de jugar se empezó un 3 contra 3 a lo bestia, usando toda la cancha. A la hora de repartir los jugadores, Pardo lo tuvo claro: “venga los malos iros con él” (es que entre tíos no funcionan las sutilezas), así que el ortopédico y Eneko pasaron al bando contrario cabizbajos. Estos eran los equipos:






Aqui los supuestamente buenosVSAqui los mataos

Como se puede apreciar, Pardo se aseguraba la defensa, un jugón-organizador-arreglalotodo en medio y él en punta a tocar los cojones. En el bando contrario los mataos, cuyo único recurso a priori era correr, correr como si la vida les fuera en ello. Pero no se lo pusieron tan fácil. No se podía tirar a puerta hasta la línea del área, lo que obligaba a tocar, cosa que los dos bandos demostraron que sabían hacer.

La cosa empezó más o menos igualada pero al poco los de Pardo se adelantaron de un gol y se mantuvieron así un rato largo, aumentando un poco la renta o incluso rebajándose al empate. Mas héteme aquí, que en llegando a la mitad del partido Abilio hizo su aparición estelar arreglado y con su chupa impecable (como si no se hubiera pegado una kilometrada en bus). Parece que vio el percal: partido pachanguero, sin etiqueta de encuentro oficial, sin los flashes de prensa, poco toque y una paliza pal cuerpo del quince. Así que en cuanto los jugadores se despistaron un poco (cosa fácil en un 3vs3), el muy cobarde se fue de najas, vamos que puso pies en polvorosa, vamos que se pasó la disciplina del equipo por el forro y se las piró.
Adivinen quien lleva los hielos
Pero los jugadores no tenían ni tiempo para quejarse. De patxanga nada. Pardo iba totalmente en serio, incluso sacando balones a la contra a traición y empleando todos sus viles recursos para ganar. Porque ganar no es lo más importante para él. Es lo único importante. Pero tanto empeño por la victoria paso factura a los jugadores: el ortopédico se fastidió el dedo gordo de la mano izquierda (según declaro: “elqueusoparalabarraespaciadoradelteclado”), y en un duro choque de espinillas entre Eneko y Pardo los dos acabaron tocados, especialmente Pardo. Eneko pensaba que las espinillas de Pardo debían ser de adamantium pero lo cierto es que tienen el doble de años que las suyas y lo notaron. Los jugadores pidieron hielos, y tras terminarse los gintonics marcharon pal vestuario, no sin que antes Pardo dijera “bueno, ¿hemos ganado claramente no?”. Sí Jesús, sí, ya puedes dormir tranquilo.

Duelo de calderetes
Como en lo futbolístico el partido no dio mucho de sí, hemos creído conveniente rescatar una encuesta sobre el duelo de calderetes que se vivió el pasado Junio a finales del curso 2005-2006. Abilio hizo un calderote de cordero y el Pardo uno de gato de conejo. Cuenta la leyenda que cuando fueron de compras juntos, los dos pillaron un paquete de starlux a escondidas. Pedimos a todos aquellos que lo probaron que en esta encuesta den su veredicto.
[poll=13]

No hay comentarios:

Publicar un comentario