En la búsqueda de nuevas ambientaciones, los creadores de juegos de mesa están adaptando videojuegos populares al formato cartón y plástico. Uno de los ejemplos más claros es el Doom, el shooter en primera persona por excelencia. En su tercera y renovada versión la acción se traslada a una base marciana donde un grupo de marines debe enfrentarse a toda clase de monstruos demoníacos. Pues bien, en su versión de tablero Doom se ha convertido en un juego de tablero modular lleno de figuritas que inevitablemente recuerda a Space Hulk o Cruzada Estelar.
En el juego de tablero 3 jugadores juegan el papel de marines y uno encarna el mal. Se monta un escenario formado por salas, pasillos y otras estancias que contienen suministros, armas y sobre todo bichos con mucha mala leche. La misión de los marines básicamente se trata de sobrevivir; el jugador malo, que ejerce de master y por tanto es que monta el escenario, trata de aniquilarlos engendrando monstruos por todas partes.
En su turno cada marine elige un tipo de maniobra: disparar dos veces, moverse, moverse y disparar, etc… el maligno por su parte puede hacer lo propio con todas sus criaturas, además de poner en el tablero más carnaza. Los jugadores deben tratar de cooperar para salir adelante porque por muchas armas que se encuentren en general lo tienen bastante crudo. Cada uno de ellos tiene una habilidad especial: puntería, resistencia, mando, ...
La verdad es que en Doom el jugador malo tiene todo a su favor para ganar y lo habitual es que se cepille a todos los marines. Por eso la opinión general sobre este juego es que está algo desequilibrado a favor del mal. Incluso jugando el escenario inicial los buenos palman sin remedio. Así que lo recomendable sería crear escenarios más simples o con más factores a favor de los marines y que estos no acaben frustrados. Porque en definitiva el objetivo de todo juego de mesa es que todo el mundo se divierta jugando.
Con un sistema de dados muy original, unos componentes atractivos (pintados pueden ser espectaculares) y un sistema de juego que se asimila a los pocos turnos, Doom es sin duda un juego de calidad. Pero hacer que no sea repetitivo está en manos de un buen master y un buen escenario.
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