Dos nuevas candidaturas. Gonzalo desde Buenos Aires nos envía dos instantáneas nuevas cobijadas en la solidaridad y el compromiso social y nos comenta:
Las fotos fueron realizadas en una fábrica que embolsa carbón en pleno corazón de la ciudad de Buenos Aires. El trabajo en totalmente manual, parece un lugar olvidado en el tiempo. Los empleados trabajan por unos 100 euros al mes. Comienzan a las 5 de la mañana hasta las 14 hs. Cada empleado, por día, rellena con carbón unas 1.000 bolsas de 3 kilogramos cada una. Saludos y espero que las fotos puedan verse ya que es una realialidad de América del Sur.


Gracias Gonzalo. El resto, si queréis también podéis tomar parte. Pasad por aquí para ver las bases , buscad en la despensa si alguna foto cuadra con ellas y mandadla. Estamos salibando desde ya.

De nuevo recuperamos la normalidad. Parece que el paso de la Semana Cultural y de los exámenes de mitad de evaluación han relajado tensiones y ya nos podemos dedicar a lo que de verdad importa, que es sondear en los misterios de la humanidad que aquí se plantean. De momento, vamos con el
Luan Starova es un macedonio que escribe sobre su tierra.












Semana Cultural

Nueva pelea de sensaciones. Uno gana y espera que eso se note. Es como cuando llegas el lunes a clase con el pelo recién cortao y la ropa que estrenaste el sábado. Esperas que se note, que la gente de clase y lxs de enfrente se fijen y te digan... Pero resulta que nadie lo hace y cuando va llegando el viernes alguien te dice, te cortaste el pelo no... y le respondes si y estrené ropa. Lo mismo le puede suceder a Osasuna que gana una "finalísima" al Mallorca que sin embargo pierde una "final" y deja (matemáticamente, no) de llevar el farolillo rojo. Pero le sucede como al del pelo, o no le sienta bien el nuevo corte o la ropa nueva no cambia nada o que sé yo... El caso es que seguimos empatados con el del farolillo (que sigue siendo rojo) y en zona de descenso. Así que piropos cuando te cortes el pelo bien y elijas el vestuario apropiado, mientras tanto sigue abrazado a ese sueño, el del farolillo.