jueves, 5 de abril de 2007

La Brújula aplasta a los forales

Trabajada victoria ante un equipo con mujeres y niños

Crónica de un claro triunfo que no admite recurso

Por Javier Mtez de Zuñiga

La Brújula llevaba una trayectoria bastante irregular con derrotas, casi-empates y otros desastres. La proximidad de la semana santa parecía propicia para prolongar el vía crucis en el que se hallaban los profes; pero no hubo más caídas, y al tercer partido contra los forales, la Brújula resucitó. En el primer enfrentamiento contra los forales el resultado fue un justo empate. El el segundo, los fuerzas de seguridad convocaron un auténtico ejército que arrasó con las filas de los profesores sin piedad. Pero a la tercera fue la vencida. En esta ocasión fueron los abuelos los que reprimieron y dispersaron la tímida concentración de forales.



Escándalo mayúsculo en el departamento de interior
Supuestamente en pleno inicio de la operación salida y con las competencias de tráfico medio-transferidas-compartidas la plantilla de la policía foral debiera estar a pleno rendimiento y con efectivos de sobra para cubrir cualquier eventualidad, por no hablar del trabajo extra que está suponiendo la riada. Lo cierto es que a la convocatoria de ayer se presentaron solamente 4 efectivos y alegaron que muchos ya se encuentran de vacaciones. Cabe destacar también el bajo estado de forma o visto de otro modo la gran forma que mostraban algunos de los jugadores. Quizá estén destinados en intendencia o algo así. A todo esto hay que añadir que para financiar este encuentro se desvió una partida destinada al equipamiento de los bomberos. Aún y todo cualquier circunstancia del partido no debe servir como atenuante para una gran victoria de la Brújula Mecánica que dominó a placer y a la que le bastó con aguantar algunas acometidas a la contra.

Hablando de atenuantes...

Gran portero posando con el capitan
Ayer la portería de los rivales fue defendida por un chaval llamado Sergio, al que vemos en la foto. No se dejen engañar por su aspecto infantil ya que mantuvo la puerta muy bien cuidada y desbarató un montón de disparos a puerta e incluso algún que otro mano a mano como si fuera un Ricardo. Pardo también tuvo que echar mano de la cantera para completar la plantilla ya que la zaga titular (Eneko y Pablo) se encontraba en el quirófano sometiéndose a una osteopatía de pubis. En su caso no tuvo más remedio que arriesgar y traerse otro chavalín de primer curso: Alex. Véanlo en esta foto, si es que está recién destetao:

Otro chavalin llamado Alex

El partido
Abilio no quiso ceder el puesto de pivote al ortopédico y dibujo un 1-2-1 con Pardo en punta y él en la zaga iniciando el juego siempre que el portero Jon no tirase el balón a tomar por culo ante la atónita mirada de los profes. Desde el principio advirtió que iba a controlar los errores en las entregas y cualquier otra defecación merecedora de figurar en las estadísticas. Según él de 15 pases solo erró en 3. A los que habría añadir dos hermosos caños que le practicaron con gran precisión. En cualquier caso los profes movieron el balón con reservona cautela poco a poco tiki-taka acercándose al área contraria hasta que llegaba la hora de rematar; pero claro, con un chaval sin barba en la portería ¿cómo iban a rematar a romper el balón? Y así, los lanzamientos de los profes fueron auténticos pedos de monja, salvo Pardo que seguía tirando a puerta como si delante tuviera a Chilavert. Además de no poder disparar fuerte, los jugadores de la Brújula tampoco podían marcar de cerca a la jugadora del equipo contrario por aquello de la caballerosidad; pero Pardo, que no se caracteriza precisamente por representar los valores del instituto tuvo en cuenta la igualdad y afirmo sin tapujos “ah, pues yo he entrado en el cuerpo a cuerpo”, ante el sonrojo de sus compañeros.

Los profes ganaban con facilidad pero perdonaron tantas ocasiones que permitieron que los forales se acercaran, con lo que la victoria parecía estar en peligro. La ausencia del rocoso central Pablo tuvo que ser compensada por un jugador de ataque como Alex, desesperado ante la falta de ideas de sus compañeros en el campo contrario. Pero bastó una contra en la que Pardo cedió al Ortopédico en el último instante; la Brújula contuvo la respiración ya que lo habitual es que este mande en balón fuera cuando le llega un pase de la muerte. Pero la empujó con cuidadito y el balón volvió a su hogar de ayer: la portería contraria, la portería de los perdedores! Un resultado que pone a cero las estadísticas de los enfrentamientos entre la Brújula y los forales.

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