lunes, 30 de mayo de 2011

Callar a tiempo

15 líneas: relatos hiperbreves

«Quien tenga algo que decir, que hable ahora o que calle para siempre», y como no me atreví a hablar, escribí estas líneas dispuesto a contar en ellas todo lo que debía por el bien de mi país. Luego las imprimí y estuve sobrevolando el párrafo sin decidirme a firmarlo. Me había dado cuenta de que los espacios entre palabras eran pasadizos por los que una idea podía subir desde la última línea hasta la primera y descender por otro camino con un significado diferente. Apoyé la punta del bolígrafo y empecé a trazar nuevas rutas por los renglones intermedios; envolví palabras dentro de un bucle, subrayé y superrayé frases enteras; separé con un trazo los verbos de sus predicados... Fue inútil. Con cada relectura empeoraba el sentido del texto, como si hubiese un maleficio escrito entre líneas. Menos mal que en la ceremonia me quedé callado.

Julián Orozco


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