jueves, 19 de mayo de 2011

Cada divorciado del universo tiene su versión

Esta va para los cuatrovienteros que están por la innovación. No hace falta inventar nada nuevo para lograr el éxito. A veces, a lo que ya existe se le pueden dar usos nuevos (como a la Viagra, que en principio se iba a utilizar para regular la tensión).

Pues eso pasó con el verbo vertere, que en latín significaba 'girar, dar vuelta'. Fácil: si damos vuelta al vaso, el agua se vierte. ¿Y por dónde va un líquido cuando lo vertimos? Pues por la vertiente, que para eso está.

Y si damos vuelta a lo que decimos en una lengua y lo pasamos a otra...

pues lo mismo: nos sale una versión (por ejemplo, del Quijote en swahili). Al fin y al cabo, convertir.

¿Qué estás haciendo cuando das la vuelta a la rutina diaria para no aburrirte? Pues divertirte, ni más ni menos. O diversificar, que viene a ser algo parecido. Puestos a ello, que en latín decían divertere, uno diversifica parejas y lo que le llega es el divorcio ¡vaya! Que cuando alguien toma esa decisión, suele ser irreversible.

Y todo lo anterior dentro de un orden, porque si nos salimos de los cánones establecidos, caemos en la perversión, y eso sí que no.

Y ¿cómo llamaban allá por el siglo XVIII al punto en torno al cual gira el cielo? Vértice, ¿cómo si no? Y la línea que va desde el suelo hasta ese punto es vertical, claro (porque la horizontal es la del horizonte).

Puestos a dar vueltas, ¿qué sientes cuando todo a tu alredor gira sin control? ¿Vértigo? O quizás no deberías volver a tomar esa mezcla de color indefinido de la noche pasada...

El resto de palabras que derivan de vertere -inverso, anverso y reverso, adversario y adversidad, diversidad, introvertido y extrovertido, subversivo, travieso, malversación y muchas más- te las explicas tú mism@, que yo ya he trabajado demasiado. Y si no eres capaz, ve a la universidad, que es el lugar donde se estudian todas las cosas, o sea, el universo.



 

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