lunes, 27 de diciembre de 2010

¡Aupa Miramón!

¡Ahí va! ¿Qué la ha pasado…?, ¿Le han subido el Euribor?, ¿Ha escuchado el último disco de Michael Jackson?, ¿Se ha topado con las hijas de ZP?... ¡No!, ¡la electricidad corre por su cuerpo en Miramón, el museo de las ciencias de Donosti!

El curso preparatorio del Instituto Cuatrovientos tuvo a bien adentrarse en el fascinante mundo de la electricidad, terriblemente minusvalorado por culpa de Endesa, y otros aspectos de la ciencia, dispuestos en un atractivo museo, de forma amena y divertida, ya que allí todo se puede tocar…perdón, me refiero a las máquinas y experimentos que hay allí recogidos para disfrute del incauto y semianalfabeto visitante.

También se da la oportunidad a los más osados, como pueden ver en esta imagen, de conocer a algunas de las grandes mentes científicas de nuestro tiempo…literalmente:


Probablemente, más contento está Einstein de conocer a estas mocetas que al revés, si bien podemos confirmar, por el bien de la ciencia, que “esto no es lo que parece”, y que al final “no ocurrió nada”, aunque estas sean las frases más falsas y manoseadas (y dale…) de la historia de nuestra lengua (o de la que le come la orejilla al viejo sabio…).

Asimismo, es de resaltar que disponen en el edificio principal de una cafetería (de la cual dieron buena cuenta nuestros alumnos) en la que aumentar el volumen de sus ya abultadas panzas, así como de una tienda de presentes en la que se pueden adquirir artículos tan diversos como un aparato que te pone los pelos de Songoku, como han podido ver en la primera foto, o un curioso bloque de piedra en el que, si se excava cuidadosamente siguiendo una oscura y arcana técnica secreta, aparece un esqueleto de dinosaurio, por no hablar de una reproducción de los cielos que brilla en la oscuridad cuando se grita la palabra “¡controlador!”, así como un lápiz de Mickey Mouse (aunque no sé por qué…), o una bola del mundo que gira sin fin hasta que uno cae al suelo confuso y desorientado.

Como pueden apreciar en la imagen siguiente, estos irreverentes jóvenes vinieron a la visita con ganas de comerse el mundo, el cual aguarda aterrorizado su fatal destino tras el vasto grupo de depredadores, algunos de ellos pertenecientes al mundo de las sombras (véase los que son de ojos rojos), es decir, vampiros sedientos de sangre que, como puede usted apreciar, le observan amenazadores mientras piensan cómo dar cuenta de usted en el banquete de noche vieja.Y así finaliza esta crónica marciana, mandando un cordial saludo a los alumnos que asistieron y a sus familias, así como a todos los que nos leéis. Por cierto…, allí va una solución al problema del agua:

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