Escándalo mayúsculo

Espantada de Pardo a falta de 10 minutos largos

Crónica del oprobio ignominioso

Por Javier Mtez de Zuñiga

Cuando todavía no nos habíamos recuperado del enfrentamiento entre Mila Ximenez y Raquel Bollo en el plató de Dolce Vita, la opinión pública va a tener que asimilar una nueva apoteosis del despropósito; ayer, en el habitual partido de los miércoles, con un 4-2 a favor de la Brújula, con un penalti en contra recién pitado y a falta de más de 10 minutos para la hora Pardo cogió el balón y desfiló hacia los vestuarios tratando de arrastrar a sus compañeros que permanecían en la cancha ojipláticos. Y todo ello aliñado con unas excusas algo difusas; pero claro, como el balón es del niño ya se sabe: pues ahora me voy y no jugáis. Hala!


Un combinado de GCM
En un principio el rival iba a ser el GCM actual para jugar de una vez el partido atrasado de la presemana cultural. Pero una vez más se produjo la incomparecencia de efectivos y tuvieron que echar mano de la vieja guardia de GCM, con nada más y nada menos que la temible dupla formada por Baker Tobajas y Oliver Arruiz. Circunstancia esta que obligó al ortopédico, por motivos de la vieja relación contractual que les une, a no enfundarse la camiseta negra (del mal) y pasarse a las filas estudiantiles dejando a la Brújula sin posibilidad de recambio y con algo menos de octanaje en el depósito.


El partido no tuvo nada que ver con aquel primer duelo contra GCM en el que los profes propinaron una paliza a los estudiantes. Esta vez las pasaron canutas para frenar el ritmo trepidante impuesto por los refuerzos y por hombres inéditos como Iñaki (el otro Iñaki no estaba). Pese a que la brújula se adelantó, no pasó mucho tiempo hasta que Tobajas (que iba provocando al público femenino con una camiseta muy ceñida) definiera a la perfección y el ortopédico culminara de mala a su manera un pase de la muerte de Alberto. Los profes se daban cuenta de que si querían ganar tenían que currárselo bastante. Lo malo es que miraban con insistencia la banda para pedir cambio y ahí no había nadie. Y así, con medio pulmón colgando tuvieron que aguantar los embistes de la chavalería. Esta es la penosa imagen que ofrecían en el tiempo de descanso unos profes cuyo fondo físico no da para más pero cuyo fondo estomacal tiene ante si un prometedor futuro:

Tras un nuevo gol de los profes y con el 3-2 en el marcador, los alumnos comenzaron a emplearse a fondo, en especial Antonio: pese a que fue acusado de juego duro, lo cierto es que siempre le acababan tirando al suelo de mala manera. Como guardameta, un sorprendente ortopédico dio una de cal y otra de arena. Salvó un mano a mano con Abilio (incluso la pirula y el posterior pase de la muerte) pero en cambio se tragó un remate raso de Pardo. Minutos antes el capitán se había hinchado de gloria y en lugar de ceder el balón a Eneko (completamente solo) optó por rematar de mala manera. Y en esto llego la desafortunada jugada que propició la polémica.
La caída
Tobajas se quedó solo ante el portero y este evitó el peligro con una peligrosa entrada. El jugador quedó tendido en el suelo y de inmediato se pidió algo de hielo. Tobajas se terminó el cubata y empezó a preocuparse de su pie. La cosa parecía grave pero tras el hielo la recuperación fue rápida. Lo cierto es que el partido debía continuar donde se había interrumpido: en el claro penalti, lo que podía suponer un 4-3 con otros 10 minutos de juego por delante. Pero Pardo, poniendo como excusa la impresión causada por la lesión (que no fue tal), y que se tenía que ir se marchó y dio por finalizado el encuentro. Oficialmente y para desgracia de Mr. Hyde, la Brújula ganó; ganó con trampas, como suelen pronosticar muchos de los participantes de la porra.

Por cierto: el penal lo tiró el propio Tobajas y marcó de gordo. A continuación todos los jugadores salvo Pardo jugaron una divertida patxanguilla en la que dominaron los profes con uno menos.
Para terminar, vean que pirula le hace Antonio a Abilio (lo invalidan por supuesta fuera de banda), y cómo le roban la cartera a Pardo, jojojo.

17 de Enero de 2007, otro día más que será recordado por la infamia.