El caso es que nunca estamos satisfechos con lo que tenemos. Resulta que si hace calor, con la humedad parece que es más y nos fastidia. Pero si hace frío, con el viento nos llega hasta el tuétano.
Va y resulta que esas sensaciones, que nos salvan la conversación hasta que el ascensor llega a nuestro piso, se pueden medir.
Hasta no hace mucho se utilizaba una fórmula perfeccionada por Estados Unidos y Canadá. Se calcula con la fórmula siguiente:
Ts = 13,12 + 0,6215xT - 11,37xV0,16 + 0,3965xTxV0,16
donde Ts es la temperatura de sensación en °C, T es la temperatura del aire, y V es la velocidad del viento en km/h con un anemómetro situado a 10 m de altura.
Además, también influye en la sensación térmica el grado de humedad.
Tras muchos cálculos, se han elaborado unas tablas que se pueden consultar y que son las que utilizan los servicios meteorológicos.
Viajar en ascensor ya no va a ser lo mismo a partir de ahora.
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