A todos nos gusta que nos reconozcan una labor bien realizada, que nos reconozcan el mérito de habernos esforzado para alcanzar un logro. Si ese reconocimiento es público, aún la notoriedad del esfuerzo es mayor, y por tanto el orgullo que sentimos es más intenso.
Este es el caso de una exalumna nuestra, Mª Carmen Garrido, que el curso pasado obtuvo el título de Gestión Administrativa de grado medio aquí en Cuatrovientos. Finalizó sus estudios con una media extraordinaria, y eso que compaginaba la asistencia al instituto (en el curso de Gestión Administrativa nocturno) con su trabajo. Fueron tiempos de sacrificio personal, de esfuerzo continuado para alcanzar una meta que tenía muy clara: obtener el título. Pero ahora ha visto reconocido su esfuerzo obteniendo uno de los Premios Extraordinarios de la Formación Profesional que fueron entregados ayer en el Palacio de Navarra.
Otros exalumnos/as del instituto (alguno/a de los cuales sigue con nosotros en otros ciclos) también optaban al premio, pero al ser una única persona por familia profesional la premiada (obsérvese el mérito), no han podido alcanzarlo, a pesar de que su esfuerzo ha sido también enorme.
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En el caso de Maika, sí. Y ayer recibió el premio muy orgullosa. Porque sabía que lo que se premiaba era el esfuerzo que hizo para alcanzar su meta personal. Sin duda, un espejo en que mirarse.
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