El filial llama a las puertas de la titularidad y la capitanía

Crónica de una victoria rejuvenecedora
Por Javier Mtez de Zuñiga
Cuando apenas nos habíamos recuperado del susto por la tragedia de la hija de la Esteban, este finde recibimos un nuevo varapalo desde el consejo de ministros, esa fuente inagotable de mal en estado puro. Dijeron que subirían los impuestos a las clases altas; por lo visto el 90% de la gente pertenece a la clase alta ya que las subidas realmente van a perforar un recto que ya no da más de si: el de los trabajadores y ciudadanos que tienen la mala costumbre de comprar cosas para comer y cosas para limpiarse como el papel del culo. Para evitar que el populacho se presente en la moncloa con un machete en la boca y la escopeta de cañones recortados, el instituto Cuatrovientos mantiene la iniciativa de programar un partido de fútbol y así anestesiar a las masas con pan y circo. Ayer con un encuentro atípico que sin embargo tuvo goles y espectáculo como nunca.



Hoy me levantaría temprano, saldría a correr durante una hora. Llegaría a casa, me ducharía cantando alguna canción divertida. Me iría de compras, necesito unos pantalones, unas camisas y unas corbatas. Quedaría con mis amigos, que hace mucho tiempo que no nos vemos. Comeríamos en el restaurante donde suelen comer los famosos, da igual el dinero. Hablaríamos de las cosas que nos han ocurrido, nos pondríamos al día. Por la tarde, aprovechando que ahora son las fiestas de la ciudad, no sería mala idea quedar con Marta y pasarlo bien en la feria. Y por la noche, no sé qué pensaría Marta, pero tengo en mente una cena romántica y una noche de pasión. Es una lástima que aún me queden dos años y tres meses de condena. Lo siento por Marta, y por mis amigos, que no podrán disfrutar de mi compañía en un día tan bueno como hoy.
Ya vamos llegando poco a poco: Martínez de Zúñiga, los Libros, 15 líneas y ahora... La respuesta. Seguimos un año más resolviendo todos esos grandes enigmas que vuelven loca a la humanidad. Todos excepto el relacionado con la Brújula Mecánica: ¿Cómo es posible que un hatajo de abuelos gane de calle a lo más granado de la chavalería de Cuatrovientos? Ahí quedará la cuestión por los siglos de los siglos.



