lunes, 11 de septiembre de 2006

Los magos del humor

Dicen que Septiembre (el de los rojos helechales de Atxaga) es un mal mes. La vuelta al trabajo -o el final de las vacaciones-, empiezan a caldear menos los rayos del sol (bueno, este año no del todo...), se acaban las fiestas de los pueblos, vuelve el fútbol a todas horas, y lo que es peor (sí, sí, peor que el fútbol a todas horas...) vuelven los políticos a las teles y a los periódicos. Así que con semejante panorama, a este Septiembre había que buscarle alicientes. Y este viernes se dieron dos en el mismo día (y el horoscopo no me avisaba de ello!!). Uno, que no es el que cierne a esta crónica, es que servidor reposto combustible y casí tuvo que frotarse los ojos al ver que la cantidad de litros era mayor que el importe de loCansado y Faeminos euros. Gracias jeques de los Petrodolares!!! Y la otra, y esta es la buena, es que Faemino y Cansado actuaban el el Gayarre. Y es que aquí, en Iruña capital (la ciudad menos cultural que pueda existir en el mapa, total como ya tenemos los Sanfermines...), son más dificiles de ver que un eclipse parcial, total, lunar o solar.

El caso es que durante una hora y cuarenta minutos (sin descanso) pudimos disfrutar con lo que todos y todas esperábamos, skeches viejos y skeches nuevos. Pero que nadie se asuste, ya estábamos avisados. Según sus propias palabras "dicen que lo que hacemos es fácil. Lo sabemos, pero se nos ha ocurrido a nosotros. Y para los que nos vísteis hace dos años, o hace cuatro, y decís que siempre hacemos lo mismo, no os vamos a engañar: tenéis razón!".

Así que hechas las presentaciones, disfrutamos con el hijoputa del dentista que recomienda chicles con azúcar, con el dermatólogo despedido, por ir al grano con un chico que padecía de acné juvenil y también con la historia de cómo se conocieron en la época en que Sabina estaba muy gordo, gordísimo. Tenía tantas tetas que se ponía hojas de lechuga en los pezones y se le posaban los periquitos. Los muslos le rozaban y tenía que darse vaselina para poder andar. Entonces se le conocía como "Sabina el de la vaselina". Luego ya, se hizo famoso y adelgazó... Y entre tanto, nos enseñaron a como escaparte de la cárcel en un país en el que no hablan tu idioma recurriendo al filósofo Kierkegaard.

Y para terminar, y como no podía ser de otra forma, aparecieron Arroyito y Pozolón Faemino y Cansadoy nos contaron el chiste de la "Lavandería de verano de vanguardia" y las tácticas de negocio para hacer funcione.

Sería imposible resumir la actuación por escrito. Además, sería un pecado. Por mucha "tesnología" que haya hoy en día. La solución: si tienes la oportunidad de ir a verlos, hazlo. Y si no, pues siempre te quedará Al Viento...

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