¡¡¡De luto por la VICTORIA!!!

La Brújula Mecánica estrena la liga y la equipación con victoria

Crónica no oficial del partido con testigos

Por Javier Mtez de Zuñiga

Muchos incautos pensaban que el acontecimiento del día iba a ser el estreno de la nueva serie de Ana Obregón; pero en algunos corrillos ya se hablaba del verdadero evento del día: el inicio de la temporada de fútbol del Instituto Cuatrovientos. Quizá los recién llegadas no sepan qué es eso de la Brújula Mecánica, así que ya es hora de presentarlo: la Brújula es un temible equipo de fútbol formado por profesores, es un concepto deportivo en toda regla, es una forma de vida (sedentaria más bien), es la negra Némesis de la arrogancia juvenil.

Luciendo trapitos

Y para oscura, la nueva vestimenta del equipo; casaca negra como su alma, largas medias negras y calzones blancos con sugerente transparencia. Abilio lució bajo los mismos unos señoriales gayumbos a rayas y Eneko eligió unos adecuados slips blancos a juego. Tal era la emoción por estrenar la nueva equipación que algunos integrantes no pudieron esperar para vestirse; mientras que los discretos Pardo y Pablo se retiraron para el ritual de enfundarse el traje de luces, Abilio, en un alarde de impudicia sin precedentes empezó a despelotarse en su mesa, sita en pleno centro de la sala de profesores. Ante el merodeo de algunas mosconas se desplazó al carril derecho y corrió hasta el sitio de Maider donde ya tras el armario pudo dar rienda suelta a su desnudez. Quien no varió su vestuario fue el ya mítico portero de la Brújula Iñigo “el pulpo�?, recuperado por la dirección técnica tras duras negociaciones.

Los oponentes

Ante los profes se presentaban los Internacionales. Un conjunto hábil con la pelota pero diezmado en la puerta por la ausencia de su arquero titular. Con buen criterio se hicieron con los servicios de uno de los jugones del insti: Jonathan, procedente del invencible ciclo de DAI ejerció de cerebro pero con un handicap muy importante; y es que tres de las cuatro asignaturas que tiene se las daban profesores del equipo contrario, a las que habría que añadir influencias en las FCTs. Aunque desconocemos si eso influyó realmente en su rendimiento.

La elección de material, como en la pelota mano tiene su importancia. Se contaba con tres opciones:
• El balón Mikasa del 4
• Un puma de fútbol sala
• Una p### piedra del DEScatlón

Como era de esperar, los profes controlaron el material y eligieron el que mejor se adaptaba a su juego parsimonioso: el pedrusco. El escenario era el camp d’sports de Cuatrovientos, y a la indumentaria negra de la Brújula se le unió un cielo raso y 30 grados de temperatura con lo que los jugadores entraron al natural y salieron torrefactos.
¿El partido?

Ah sí. Bueno, fue la historia de siempre. Los alumnos, sin muchos alardes, empezaron metiendo tres goles; se llevaban todos los rebotes, los balones tontos, y encima les salían las pirulas. Una jodienda para los profes, pero nada grave que su oficio no supiera resolver. Pardo estrenó el casillero en un medio-gol (como dice Abilio) tonto con semifallos y churro. Acto seguido un sorprendente Ortopédico enchufo un balón con “el empeine�? que le peinó la coronilla al portero. En ese momento a los alumnos aún les quedaba gas y ganaron ventaja metiendo otro gol.
Sin embargo no tuvieron nada que hacer. La Brújula Mecánica es como una locomotora de vapor a la que le cuesta arrancar pero que cuando coge ritmo es imparable. Bastaron algunas correcciones en el esquema de juego, como la de olvidarse de los pases al hueco: “pásame donde estoy y no donde no estoy�? decía Pablo, y aplicando estos principios tan obvios todo fue pan comido. Los alumnos empezaron a acusar los síntomas de la insolación y la tumbona del verano les pasó factura. Los profes aplicaron las rotaciones con el banquillo y empezaron a ver puerta con facilidad. Julio, un espectador (habitual de la copisteria) asombrado ante el espectáculo exclamaba atónito: “¡Salinas! ¡Dime algo Salinas!"

Y así, dándole al tiki-taka se llegó a un clarísimo resultado final: 9-4. Pardo tuvo a bien cortar la sangría antes de que la humillación fuera mayor, pero terminado el encuentro lanzó la frase que se ha convertido en el lema del equipo y que sin duda demuestra que tiene el corazón más negro que su camiseta:

“Venga chavales, otra vez será�?

Que pasen los siguientes… si usted quiera jugarsela quizá pueda retarlos, deje su comentario.