El peor de los resultados

Empate y lesión de uno de los brújulos
Informe pericial corregido con typex

Por Javier Mtez de Zuñiga
Partido: Brújula – 2ºCI
Estadio: Cuatrovientos School Yard Stadium
Hora: 15:00
Incidencias: lleno parcial debido a los problemas de aparcamiento. Inusitada (pero no por ello mal recibida) presencia femenina que provocó cierto atolondramiento en el juego de los alumnos.

La fiel afición de la Brújula soportó una dura jornada de miércoles: por un lado sufrió con la esperadísima y polémica visita de la Pantoja a Julian Muñoz a la prisión de Alhaurin de la Torre (donde tuvieron un vis-a-vis); y por otro padeció la postergación del partido de su amado equipo. Sendos dramas que provocaron estados de ansiedad que apenas se pudieronn paliar viendo el partido de Osasuna.

Pero por fin llego el día después e incluso la meteorología se puso de parte del buen fútbol y permitió que se sirviera una nueva ración de espectáculo sazonada con goles y el habitual fair play de Pardo.


Ruido de cheques
La expectación que se había levantado en torno al partido tenía su explicación en la situación creada en la porra. Se rumoreaba que eran dos jugadores de la Brújula los que habían acertado el resultado de Osasuna; cosa que no debe extrañar a nadie, ya que la veteranía en el fútbol otorga cierta presciencia para los pronósticos. Lo dramático del asunto además, era que unos de ellos, supuestamente Abilio, apostaba por la victoria de los profes y el otro, presuntamente el Ortopédico, apostaba por una realista derrota. Esto provocó algunas situaciones vergonzantes que dejo al descubierto la catadura moral y la falta absoluta de principios de algunos integrantes de la Brújula. Según un confidente, Pardo y Pablo vendieron sus servicios a Abilio y al Ortopédico. Sobre todo a este último, ya que venderse para perder que es un negocio más seguro a ciertas edades. Abilio también trato de hacer algún chantaje, pero la respuesta de su compañero de equipo fue clara: en un estado de derecho no se negocia con transportistas, al menos hasta que no hagan una condena expresa y sin paliativos de las trampas que hace el capitán y pidan perdón a las víctimas.

Frente a los de Internacional
No sabemos si para favorecer a Abilio, pero Pardo había avisado (tomen nota los de Internacional), que tocaba un partido fácil, que se iba a ganar sin problemas. Al llegar al campo, la sorpresa fue mayúscula: se trataba de 2º de CI, la heredera de la temible escuadra que le propinó una soberana paliza a la Brújula el curso pasado, una gesta contada a toda pantalla en el anterior blog en la que no se ahorraron los adjetivos. Y encima los profes se presentaron sacando pecho y sin banquillo para hacer cambios, con un par. Suerte que en la puerta contaban con el cancerbero Cristian, que ya había salvado los muebles en el complicado partido contra transporte. Un portero cuya táctica se pone en marcha antes incluso del partido, cuando deja todo el campo con un olor a Reflex que echa para atrás; los alumnos creen que el spray lo usan los abuelos pero no es así. Y es que Cristian es una víctima del trofeo Boscos, un infame torneo que va a llevar a la quiebra al sistema sanitario navarro.

En cuanto a la porra, antes de empezar se llegó a un acuerdo para compartir las entradas y para que el que ganara la porra hiciera los bocatas. Solamente un empate podía estropear este pacto entre caballeros.

El partido fue algo atípico, se adelantaron los alumnos, le dieron la vuelta los profes, luego empataron, luego se adelantaron otra vez los brújulos. En general, y según la visión de estos últimos, el dominio del Asilo Mecánico fue general y se cuajó una de las mejores primeras partes de la liga. Sin embargo algunos hechos apuntan a lo contrario como un gol que falló Pardo y tuvo que corregir… el Ortopédico! Acaso la ausencia del siempre solvente Eneko volvió a favorecer el juego de la Brújula?

Tras un breve descanso Pardo hizo amago de terminar el partido, pero los chicos de 2º, que ya tienen el culo pelao con este pájaro no se dejaron manipular. El partido siguió adelante y se llegó a un empate. Los alumnos habían mejorado y aplicaban cambios constantemente aportando mayor frescura a su juego. Podía pasar cualquier cosa hasta que llegó la desafortunada jugada que terminó con el partido. Cristian paró un lanzamiento y se encontró con el balón y la cancha vacía por delante, por lo que no dudó en contraatacar con todo su ímpetu; la cosa no terminó en gol, sino en lesión. Se paró el juego y al principio no parecía que fuera nada, incluso sus compañeros de equipo se mostraron algo indiferentes, pero luego se vio que la cosa era seria.

Como las entradas se iban a quedar sin dueño se pensó en jugársela a un gol de oro o a los penaltis. Pero los brújulos optaron por una decisión salomónica: desde aquí, transmitimos la petición a los gestores de las loterías y apuestas del instituto para que las dos entradas se las lleve Cristian.