Da igual.
El otro día murió un poco, la parte física. El resto, su obra, sigue ahí para que la aprovechemos o no. Porque la gente buena es así: hace las cosas, poemas o esculturas o lo que sea, y las deja para que tú hagas con ellas lo que quieras, incluso nada.
Pues Mario Benedetti hizo eso. Escribió La tregua o Primavera con una esquina rota combinando ternura, pasión y sensibilidad con compromiso social y denuncia ¿o quizás es que no pueden ir separadas?
Un Maestro.
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