Atestado del choque entre dos grandes del fútbol
Por Javier Mtez de Zuñiga
Antes que nada es de recibo ofrecer una explicación a la ausencia de crónica deportiva de la semana pasada. Un servidor, harto ya de presiones de la Brújula Mediática llevó a cabo una huelga de blogs caídos en protesta por el acoso al que se ha visto sometido. En recientes crónicas he sido tildado de (textual) juntaletras de tres al cuarto, parcial e incendiario. ¡Yo!, que nunca he pegado un pelotazo en mi vida. ¡Yo! Que he venido a servir y no a servirme. ¡Yo! Que traje los blogs a este país. Los abrazafarolas, chupópteros, soplapitos, tuercebotas, correveidiles, mandamales, chiquilicuatres, muerdealmoahadas, cantamañanas, lametraserillos, estómagos agradecidos maestros del buen comer y catedráticos del mejor beber, que se beben hasta el agua de los floreros, no van a conseguir que quien les habla se calle por cantar y contar las verdades del barquero. El tiempo, ese juez insobornable que da y quita razones pondrá a cada uno en su sitio. Y ahora en rigurosa primicia informativa, la crónica del partido de ayer que a falta de alumnos se jugó, ojo al dato, contra los de rojo: una selección de la policía foral.
Gran expectación
Pues sí amigos, el comité de competición, en su incansable búsqueda de rivales de verdadera entidad para el conjunto profesoril, buscó fuera y se encontró nada más y menos con las fuerzas del orden público. Se descolgaron muchos teléfonos en la consejería de interior
El partido
El partido tuvo muy pocos goles. La brújula dominaba el balón pero se mostraba incapaz de crear peligro más allá de la medular, componiendo una triste caricatura del Barça en la champions: mucho tocar y mandar pero poca pólvora. En un corner botado por las fuerzas de seguridad, el agente 03342 remató de cabeza a placer, redujo al pelos de un balonazo y de paso el esférico terminó en la portería. La cosa pintaba mal. El jugador J.P., ese bulto sospechoso que subía a rematar y no bajaba a defender, empezó a pedir la hora. A los profesores les bastó con aguantar el apretón un poco más, aplicar el catenacio, hacer al autobús y subirse todos a la portería reivindicando el vaciado y demolición de Itoitz. El resultado: empate a tres.
Os dejamos con esta foto para que identifiquéis a las autoridades y a los sospechosos habituales, por cierto hay algún exalumno del instituto entre ellos:
Esto se parece a aquellos partidos que se jugaban en otra época de nuestra historia, entre la Guardia Civil y los delincuentes.
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