Tengo un amigo que está encantado con el ayuntamiento de su ciudad. No conseguía que arreglaran un desperfecto en su calle. Tras dar muchas vueltas, decidió dirigirse directamente al concejal de urbanismo. Y a la primera.
- Es que es un hombre muy asequible.
Así cualquiera, pensé. ¡Qué tristeza! Yo que creía que estas cosas pasaban sólo en Marbella, pero ya veo que no.
Y como hablando se entiende la gente, discretamente le pregunté ¿pero tú de qué vas?. Entonces quedó claro. No tuvo problemas para llegar hasta el concejal, ni para conseguir hablar con el traumatólogo. Y es que son muy accesibles. Como los autobuses del transporte urbano o los edificios públicos, con sus rampas y sus ascensores.
Una vez aclarado el malentendido, nos fuimos a comer un menú nada barato, pero asequible.
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