El turno de Friburgo de Brisgovia
Unos, uno, se encuentra tranquilamente echando un pote en la bajada de javier. Viernes-madrugada, un hombre bajo de aspecto rudo, con bigote, algo rechonchillo, nos entra y dice algo así como, yo invito cerveza, dinero no problemo. Declinamos la invitación y le preguntamos quién y de dónde es. De padre polaco y madre rusa, está ahora de vacaciones, ha venido a hacer un servicio de seguritá, yo pasport diplomatic y a duras penas interpretamos que siendo soldado ruso en afganistán llevaba un tanque y que ahora vive en Friburg.
Nuevamente un acceso de recuerdo, un viajero ataque de flash-back y este encuentro, el detonante.
A la variante motxileta le añadimos fregoneta y nos vamos a Friburgo de Brisgovia. En alemán, Freiburg im Breisgau, con unos 200 mil habitantes, esta ciudad del sureste de Alemania (Baden-Württemberg) está al pie de la montaña Schlossberg en el valle de Brisgovia formado por el río Dreisam.
Fundada en 1120, en 1366 compró su libertad por 20 mil marcos de plata. Actualmente es una moderna, comercial, apacible y ambientada ciudad de vida universitaria.
Su catedral, construida entre los siglos XII y XVI, es uno de los edificios eclesiásticos de estilo gótico más bellos de Alemania. Tiene 118 m de altura. Es curioso pero la ciudad engloba también 646 hectáreas de viñedos.
Numerosos ríos, incluidos el Danubio y el Neckar, nacen allí y tiene montones de lagos. Abundan los manantiales de aguas minerales y la región es conocida por sus balnearios como el de Baden-Baden, la fabricación de relojes de cuco y los juguetes de madera.
En fin un sitio casi a mano, para pasar unos días tranquilamente. Esto es lo que ha dado de sí la ensoñación, me queda la esperanza de que otra persona, otro lugar, otra canción me lleve de nuevo de viaje. Yo mientras lo esperaré a perro parao.
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