martes, 21 de septiembre de 2010

No seas calamar (I)

El diván de Sagra Máttikha

El calamar se llama así porque cala el mar. ¡Ja!

Resulta que hace muuucho muuucho tiempo alguien inventó un artilugio de escribir y lo llamó cálamo, del latín calamus, que significa caña, porque lo que se utilizaba era un trozo de caña. Después la terminamos llamando pluma porque se usaba una pluma de ave. La manera de utilizar el instrumento en cuestión era sencilla: sólo había que mojar la punta en un recipiente que contenía la tinta necesaria para escribir. Como este recipiente era el adecuado para poder emplear el cálamo, se dio en llamar calamarius.

Y va y resulta que hay un animal que también tiene un recipiente con tinta. Igual, igual. ¿A que no  sabes qué nombre se le puso al bicho?

Porque cala el mar, porque cala el mar...

1 comentario:

  1. [...] Por eso, a veces cuando hablamos cometemos lapsus linguae o cuando escribimos, lapsus calami (por ejemplo, no poner esa hache de la que alguna vez hemos oído [...]

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