Eran las 9:30 y con un esplendido sol llegamos todos a
Antsoain, a excepción de los boroteros, allí habíamos quedado con Benancio y
Mikel, miembros de la Asociación Txinparta.
Tras las oportunas presentaciones y
decidir el itinerario poco a poco los 25 valientes nos dispusimos a subir.
El primer tramo tenía cierta dureza,
cosa que parte de los “mendizales” notaban, pesé a que varias personas se
quedaron rezagadas finalmente poco a
poco, y gracias a los ánimos de Benancio
y de algún otro compañero fueron subiendo. Destacar a los y las fumadoras que
realmente lo pasaron mal en la subida.
Tras pasar esta dura primera parte
llegamos al monolito en memoria de los fugados, monolito que nos encontramos en
parte destrozado debido a los numeroso ataques fascistas que ha recibido.
Aquí podéis ver el
monolito en memoria de los fugados
Allí Mikel nos comenzó a contar la
historia de la fuga de Ezkaba, la mayor
fuga en la historia de las cárceles españolas y unas de las cárceles más duras del régimen.
De los
795 presos que se fugaron, 585 fueron recapturados, 210 fueron
fusilados y sólo 3 consiguieron pasar la
frontera.
También nos contó la escalofriante historia de Maravillas Lamberto, vecina de
Larraga.
Su aita, Vicente Lamberto, era
militante de la Unión General de Trabajadores durante la Segunda República. Al comienzo
de la Guerra Civil, la Guardia Civil fue a detenerle.
Maravillas, de 14 años, cuando les
preguntó a los guardias civiles que a donde llevaban a padre le contestaron que
a interrogarle al ayuntamiento. Maravillas pidió acompañarle, a lo que estos
accedieron. En el ayuntamiento el padre fue enviado a la cárcel. A la niña, la
subieron a las dependencias superiores donde fue en repetidas ocasiones
violada. Posteriormente ambos fueron asesinados y el cuerpo desnudo sin vida de
la niña fue arrojado a los perros. Hoy día ha resultado realmente difícil la
búsqueda de los restos.
Tras descansar un poco y almorzar
fuimos subiendo hasta llegar al fuerte.
Este tramo de la subida debido que era más
suave no hubo tanto rezagado.
Allí, en el fuerte nos contaron el
final de la historia y nos invitaron acudir el 20 de Mayo al homenaje que se realiza todos los
años a los fugados.
Tras las fotos de rigor y descansar
unos minutos, visitamos el cementerio de las botellas y comenzamos el descenso.
Lástima que finalmente no nos dieran permiso para poder visitar el fuerte por
dentro, otra vez será.
Decir que para alguno la bajada fue
casi tan complicada como la subida, varios compañeros cataron el suelo, y algún
otro término con la rodilla echa polvo.
Por último desde estas líneas no
quisiera acabar sin acordarme de esas cientos, miles de personas que fueron
fusilados y que hoy en día muchos de ellos aun siguen en las cunetas sin que
sus familiares hayan podido enterrarlos dignamente, solo por querer, defender
y por luchar por un país más justo.
Agradecer a la sociedad Txinparta y en
especial Benancio y a Mikel por lo bien que nos contaron la historia y por su atención que nos
prestaron durante todo el día, MILA
ESKER!!
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