15 lineas: relatos hiperbreves
A pesar del apagón, comemos de cara al televisor. A la luz de las velas, todos los gestos mecánicos del acto de comer se reflejan en la pantalla sin vida. Silencio absoluto... Falta el maestro de ceremonias... Es difícil hacer comentarios sobre las noticias sin verlas; complicado hacer callar a alguien cuando no hay nada a lo que prestar atención. Así que masticamos y tragamos, sin más… Hasta que (¡por fin!) vuelven la luz y las estufas y el microondas y la televisión, y con ella se iluminan (de nuevo) nuestros rostros: -¿Qué tal el día en la oficina, cariño?
Jordi Benavente Vidal
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