Da igual que sea trabajadora por cuenta ajena o no. El caso es que, por lo visto, esa mujer todavía necesita que los hombres la defiendan de sí mismos. Porque siguen siendo explotadas a miles de kilómetros de aquí y a pocos metros de tu casa. Porque tienen que demostrar que valen más que cualquier hombre para cobrar menos por hacer lo mismo. Porque tienen menos derecho a desarrollarse como personas, a estudiar, a colaborar en el desarrollo de sus pueblos...
Ocurre lo mismo con las razas, con las nacionalidades, con las religiones... Si todos fuésemos iguales no sería necesario proclamarlo a los cuatro vientos.
En fin, desde aquí celebramos el Día de la Mujer con 363 días de adelanto, con la esperanza (falsa, nos tememos) de que el del año 2012 sea el último.
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