15 líneas:relatos hiperbreves
Bebí demasiado, discutí con ella y terminé a las siete de la mañana perdido, sin rumbo y con un vago recuerdo de la ubicación de mi coche. Cuando lo encontré, ya había perdido las llaves. Suerte que siempre guardo un juego de repuesto en la guantera y que el cristal del copiloto se puede bajar a mano. Pena que por más que lo repito no consigo que los polis me crean. Quién me mandaría a disfrazarme de indigente.
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