15 líneas: relatos hiperbreves
El niño que tropezaba a menudo apenas sufría. Poco dolían los golpes y menos aún el ridículo ocasional. Con cada caída aprendía y constataba. Y se levantaba siendo alguien un poco mejor. El niño que casi nunca tropezaba sufría más penas. Mucho le dolían los golpes y más aún el ridículo ocasional. Con cada caída aprendía y constataba. Y se levantaba siendo alguien un poco peor.
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